viernes, 10 de julio de 2009

UNA MENTE PARA LA CIENCIA por Wenceslao Laguna

Google nos recuerda, por medio de su logo de hoy, diseñado como un singular y justo homenaje, y que todos los hombres del mundo actual debieran celebrar tomados fraternalmente de las manos, el 153º aniversario del natalicio de Nikola Tesla, físico, matemático, ingeniero electrónico e inventor de nacionalidad croata. Fue Tesla quien revolucionó la teoría eléctrica desarrollando las bases para crear la corriente alterna.

Nacido en Croacia en 1856, en la frontera austrohúngara, se educó en Graz y se recibió como ingeniero electrónico en Praga. En 1882 se trasladó a París para trabajar en una de las compañías de Tomás Alva Edison donde desarrolló la teoría de la corriente alterna, lo cual le permitió idear el primer motor eléctrico de inducción.

Luego de romper con Edison por sus diferencias de criterios con respecto a la electricidad (Edison defendía a ultranza la corriente contínua), viajó a Nueva York donde se radicó en 1884 y creando su propia compañía en 1886.

Además de materializar su motor, Tesla concibió, ayudado por el científico e industrial millonario Westinghouse, el sistema que permitiría trasladar la electricidad a grandes distancias. Posteriormente logró transmitir energía electromagnética sin cables, construyendo el primer radiotransmisor, cosa que le valió una altisonante querella judicial con Guillermo Marconi, por cuestiones de la patente del invento, fallando la corte a su favor, con lo cual se descarta lo repetido hasta el cansancio en la mayoría de los libros de cultura general y de estudios, que Marconi fue el inventor de la radio.

Todos los inventos beneficiosos para la Humanidad pueden ser usados por ciertos sectores de la sociedad no precisamente en beneficio de la misma, y esto desde una óptica basada en la Fraternidad Universal y en la oportunidad de redención que le corresponde a cada habitante sobre esta tierra. La larga y azarosa polémica entre Tesla y Édison sobre los usos y beneficios de la corriente alterna defendida por Tesla, contrarios a los de la corriente continua apoyados por Edison, dio lugar a que Harold P. Brown, un empleado de Thomas Edison contratado para investigar la electrocución, desarrollara la silla eléctrica, apoyando con esto la campaña de Edison para fomentar ante el público el peligro que corrían al utilizar corriente alterna.

Según hemos podido leer en Wikipedia, Tesla era una gran mente para la ciencia. Algunos de sus estudios nadie podía descifrarlos debido a su enorme capacidad inductiva. Para la mayoría de sus proyectos ideaba los documentos de cabeza, le bastaba con tener la imagen de dicho objeto sin saber cómo funcionaba, simplemente lo elaboraba sin saber que podía suponer un gran avance para la humanidad. También se dice que sólo dormía tres horas al día e inclusive que personas allegadas a él, lo vieron en activo hasta 150 horas seguidas.

Según ciertos rumores, a medida que envejecía se hacía más y más excéntrico; al final de su vida vivía constantemente en hoteles, de los cuales se marchaba en busca de otro nuevo cuando no podía pagar la abultada cuenta. Periódicamente convocaba a la prensa para presentar algunos de sus inventos, a cuál más excéntricos. Por ejemplo, propuso iluminar parte del desierto del Sahara para que los marcianos comprobasen que la Tierra estaba habitada y contenía seres inteligentes. En sus últimos años vivió solo, huraño y desconfiado. Muchas historias cuentan que Tesla fue un excéntrico sin precedentes y se ha llegado inclusive a decir que venía del planeta Venus.

Podría inferirse, a través de lo comentado, que Nikola Tesla era un ser dotado psíquicamente. Cuando viajó a Europa en 1890 por la muerte de su madre, mantuvo interesantes charlas con el parapsicólogo Williams Crookes y esos diálogos lo llevaron a creer en la telepatía y en la vida después de la muerte; pero no por eso le cambió su pensamiento científico.

Aunque su patria natal le proveía una pensión de 7.500 dólares anuales y lo proclamó héroe nacional, Tesla murió en la pobreza. Su amigo John O’Neill autor de su biografía “Genio Prohibido” cuenta que Nikola murió en soledad y humildad, pero interiormente satisfecho consigo mismo. Sus obras sacaron a la humanidad del primitivismo y dieron al hombre una libertad tecnológica que nadie pensaba se podía lograr.

Su gran proyecto, su meta altruista, fue un ideal vilmente manejado por los poderes económicos: permitirle a toda la Humanidad contar con energía gratuita y permanente en todos los rincones del planeta. Nadie recuerda a Nikola Tesla, casi nadie ha oído hablar de él y le debemos muchos de los elementos que hoy disfrutamos.

Hacia el final de sus días, Tesla se tornó en un ser ermitaño y excéntrico. Sólo establecía relación con palomas que el mismo cuidaba y alimentaba. Murió solo en una pequeña habitación de hotel el 7 de enero de 1943 a los 86 años. En la catedral de Nueva York, donde se llevaron a cabo sus funerales, se reunieron más de dos mil personas. Arribaron tributos de notables figuras políticas y científicos de todo el mundo, incluidos tres premios Nobel.
Publicado por Wenceslao Laguna
Lima, Perú
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