lunes, 27 de julio de 2009

LA REVUELTA DE LOS LATIGAZOS por Luiz Carlos Silva Pereira


Existe un episodio de la historia de Brasil que es poco comentadoa, por motivos que por sí mismos se explican. Me refiero a la revuelta de los latigazos, originada en la ciudad de Rio de Janeiro en 1910.

En aquellos años, por cualquier falta grave los marineros eran sometidos a veinticinco latigazos, sin que cualquier autoridad de la República tomara medidas para terminar con ese castigo, en vigor desde la época de la esclavitud.

Todo empezó cuando el marinero Marcelino Rodrigues, tras haber herido a un colega suyo, recibió doscientos cincuenta latigazos en el acorazado “Minas Geraes”.

El buque de guerra navegaba rumbo a Rio y estando ya en la Bahía de Guanabara, Rodríguez fue castigado en la presencia de sus compañeros, lo que dio origen a la revuelta.

El motin se agravó, con esa bárbara medida disciplinaria ya en pleno siglo XX, resultando asesinado el comandante y tres oficiales más. En la bahía se encontraba otro acorazado, el “San Pablo”, cuyos marineros se aliaron a los del “Minas Geraes”, por lo cual la situación se tornó tensa y peligrosa.

El líder de la revuelta era João Cândido, llamado también “Almirante Negro” (foto), quién escribió una carta a las autoridades gubernamentales, solicitando el fin de los castigos, una alimentación de mejor calidad y, además, la amnistía para todos los involucrados. Además, menazó con bombardear la ciudad de Rio, causando miles de muertos, si sus pedidos no eran atendidos.

Frente a tan grave amenaza, el presidente de la República, el Mariscal Hermes da Fonseca, aceptó las reivindicaciones impuestas. Pero, tras la entrega de las armas y de las embarcaciones, el Presidente expulsó a algunos de los insurgentes.

Volvieron las protestas y luego los marineros iniciaron otra revuelta, esta vez reprimida a la fuerza. Muchos de ellos fueron apresados y encarcelados en una fortaleza, bajo terrible condiciones de vida. Otros no resistieron. Los que sobrevivieron fueron enviados al Amazonas para trabajos forzados en la extracción del caucho.

El líder de la revuelta fue expulsado de la Marina e internado por demente en un hospital de Alienados. En 1912 recuperó la libertad junto a otros marineros y el episodio pasó al olvido. João Cândido falleció de cáncer en 1969 en el Hospital Getúlio Vargas de Rio de Janeiro, a los 89 años.
Publicado por Luiz Carlos Silva Pereira
© Rio de Janeiro, Brasil
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