lunes, 24 de agosto de 2009

A 110 años del nacimiento de Borges


Prolífico, irónico y provocador, en la vasta trayectoria pública de Jorge Luis Borges, el literato fue amado, odiado y multipremiado, aunque –por razones desconocidas y aún cuestionadas- la academia sueca nunca le otorgó el Premio Nobel de Literatura. Espejos, laberintos, bibliotecas, tiempos circulares, enmarañan el espacio de la obra de Borges, compuesta, en su mayoría, por cuentos y poemas.

Hoy, 24 de agosto, se cumplen 110 años de su natalicio. Nació el poeta en el corazón de la ciudad, en la calle Tucumán, entre las de Suipacha y Esmeralda, en una casa demolida impunemente –como tantas otras en Buenos aires- hace más de dos años.

Ese solar ya no existe –¡que hermoso museo podíamos haber tenido en Buenos Aires!- pero lo que sí sobrevive es el maleable universo literario de una de las figuras más representativas de las letras del siglo XX, un hombre humillado en su trabajo de bibliotecario por el primer gobierno peronista y que nunca se sintió atraído por la novela, del que negaba ser lector.

Su vida fue un continuo periplo que le llevó desde el barrio porteño de Palermo -donde pasó parte de su vida- hasta Suiza y España, para volver a la Argentina de Perón, al cual se opuso desde un principio, hecho que le valió tener su nombre estigmatizado y blanco de burlas.

Tras el derrocamiento de Perón y enfermo de ceguera, dirigió la Biblioteca Nacional de su país y obtuvo la cátedra de profesor de Literatura Inglesa en la Universidad de Buenos Aires.

La enorme extensión de su obra hace casi imposible referirse a todos los éxitos que cosechó un hombre encomendado en cuerpo y alma a la literatura. Por ello, tan sólo se pueden destacar los títulos que le encumbraron a la categoría de escritor de culto: 'El jardín de los senderos que se bifurcan', 'El libro de arena', 'Nueva refutación del tiempo', 'El Aleph' o 'Ficciones'.

En la década de los 60 comenzó a extenderse su reconocimiento y fue galardonado con el Premio Formentor en 1961 —compartido con Samuel Beckett— y, más tarde, el Cervantes —en 1979—, con Gerardo Diego. Pese a que su prestigio no paró de crecer, no logró adueñarse del Nobel (quizás a causa de sus posturas políticas, que desagradaban a la Academia Sueca).

Tras una larga y prolífica vida, Borges pasó sus últimos días junto a su segunda esposa, María Kodama, en Ginebra.

El 6 de mayo de 1986, Borges escribía su última carta, dirigida al entonces director de la agencia EFE 3 semanas antes de su muerte.

"Ginebra, 6 de mayo de 1986
Queridos amigos de la agencia EFE:
Les envío estas líneas para que las publiquen donde quieran. Lo hago para terminar de una vez por todas con el asedio de los periodistas y con las llamadas y las preguntas de las que estoy cansado.
Soy un hombre libre. He resuelto quedarme en Ginebra, porque Ginebra corresponde a los años más felices de mi vida. Mi Buenos Aires sigue siendo el de las guitarras, el de las milongas, el de los aljibes, el de los patios. Nada de eso existe ahora. Es una gran ciudad como tantas otras. En Ginebra me siento misteriosamente feliz. Eso nada tiene que ver con el culto a mis mayores y con el esencial amor a la patria. Me parece extraño que alguien no comprenda y respete esta decisión de un hombre que ha tomado, como cierto personaje de Wells, la determinación de ser, un hombre invisible.
Con todo aprecio se despide de ustedes
Jorge Luis Borges."

El 14 de junio de ese año, Jorge Luis Borges murió a causa de un cáncer hepático y, obedeciendo a su última voluntad, sus restos fueron enterrados en el cementerio de Plainpalais, al sur de Ginebra, cuya tumba es visitados por turistas de todo el mundo.

Hoy se cumplen 110 años del nacimiento de Borges. Y hoy, como cada 24 de agosto, su esposa María Kodama celebrará su cumpleaños en un espacio público, rodeada de amigos, colegas, periodistas, poetas, gente de las artes y del espectáculo. Los flashes dispararán cuando ella irrumpa esplendorosa en la reunión, como lo hace siempre, y Borges la recibirá desde una pantalla, en medio del aplauso de los concurrentes.
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Publicado por Darío José
Buenos Aires, Argentina
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