Hay personas que nacen con un potencial artístico pero solamente se dan cuenta cuando algo, a lo cual se puede llamar suerte o acaso, les da un empujón que los despierta de la vida común.
Seguramente, en cada país del mundo, los valores se dispersan en los quehaceres de lo cotidiano, hasta que el arte se asoma bajo el vigor del toque.
Cabe a Pablo Neruda el consejo dado a Isabel Allende que, por su talento, debía dejar su trabajo de periodista, cambiando una tarea menor por su labor de escritora, usando su imaginación en el amplio terreno de la ficción. Su genialidad como poeta máximo percibía en Isabel un volcán con lava literaria, así que debía darle a todo el mundo su adormecido fuego intelectual.
Es que pese a la sugerencia, que llenaría el “ego” de cualquier persona y sobre todo proviniendo de una expresión como Neruda, Isabel continuó como reportera y periodista, escribiendo para revistas femeninas, además de algo para la televisión, hasta que su tío, el presidente de Chile, Salvador Allende, sucumbió ante el golpe militar.
Un clima de terror se instaló en su país, haciéndola exiliarse en Venezuela, donde continuó con su trabajo de periodista, en el diario “El Nacional”. Allá, se expandió como maestra de idiomas en una escuela pública, mientras el teatro también merecía su atención con algunas piezas, aunque sin valor artístico.
En Venezuela se divorció de su primero marido, Miguel Frías, y se mudó a California, donde se casó con Willie Gordon, en 1968, no interrumpiendo su trabajo habitual.
Fue solamente cinco años más tarde, que en un encuentro con Neruda, recibio el sabio consejo que cambiaria el rumbo de su vida. Nació, entonces, “La Casa de los Espíritus”, novela muy bien recibida por los críticos literarios que destacaron su penetración en el realismo mágico de Gabriel Gracia Márquez. Tanto éxito, hizo de la novela una película ovacionada en el mundo entero.
Otras obras fueron surgiendo con mayor o menor éxito. Con”Paula”, dolorido retrato de la enfermedad fatal de su hija, dejó de lado la ficción. Fue en 1991. Esta historia impresiona por la desesperación de una madre que sabía que quien amaba tanto no iba a encontrar la cura.
Actualmente, además de famosa escritora, ella es una requerida conferencista en Estados Unidos y en varios países europeos, donde atrae la atención por su creatividad intelectual, por haber sido maestra de literatura en la Universidad de Berkeley y, por supuesto, por haber sido una refugiada política.
En una pequeña entrevista que concedió recientemente a un periódico americano, tras el lanzamiento de su más reciente novela: “La isla bajo el mar” (donde narra la historia de Zarité, una niña que a los nueve años de edad es vendida como esclava al francés Toulouse Valmorain, dueño de un poderoso ingenio azucarero en Santo Domingo, República Dominicana) dijo, entre otras apreciaciones, “Tengo mucho miedo, porque EE.UU se ha vuelto un país muy violento y la gente cada vez está más armada. En cualquier momento, lo alcanzan también al presidente.”
Además, en la entrevista se refiere a la situación social que atraviesa Estados Unidos, específicamente respecto de la reforma de salud de ese país, al que catalogó como un completo caos. Dijo: “Se ha transformado en una cosa cada vez más violenta, cada vez más racista y cada vez más brutal”.
Quien vive hace tanto tiempo en aquel país, quien tuvo sus novelas editadas en más de 27 idiomas, quién llegó a los 51 millones de ejemplares vendidos, tiene autoridad para ver, de antemano, lo que resulta de las injusticias cometidas. Al fin, ella confesó que le encanta escribir las escenas eróticas de sus obras y que se ha abstenido de escribir una obra completa de ese género sólo por pudor hacia lo que pueda pensar su madre. “Me encantaría escribir esas escenas, pero aun tengo los pudores de una hija”.
“La isla bajo el mar” es la décimonovena obra de Isabel Allende. Retrata la masiva esclavitud vivida en América durante el siglo XVIII y ya se encuentra a la venta en todo el mundo.
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Publicado por Luiz Carlos Silva Pereira
Rio de Janeiro, Brasil
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