Un total de ocho películas iberoamericanas se exhiben estos días en cines repartidos por toda la ciudad de Shanghai, en el este de China, dentro del Festival Internacional de Cine de la ciudad oriental (SIFF).
Junto con las brasileñas "Romance" (2008), de Guel Arraes, única cinta latinoamericana que compite en la sección oficial, y "Destino" (2008), la primera coproducción sino-latinoamericana, dirigida por Moacyr Góes, que fue estrenada en Shanghai dentro de la sección de Panorama, hay otras seis películas en portugués y español. Entre ellas destacan, en un apartado especial, Foco Brasil, tres producciones de ese país sudamericano: "Alucinados" (Brasil, 2008), de Roberto Santucci, "Os desafinados" (Brasil, 2008), de Walter Lima Jr., y "O xadrez das cores" (Brasil, 2004), de Marco Schiavon.
El festival supone para estos directores "una oportunidad muy especial", declaró a Efe Santucci. "Es impresionante ver la China de hoy en día y el potencial de su mercado cinematográfico, y ver que tiene un festival que está abriendo posibilidades para las producciones latinas, para el mundo exterior. Es estupendo poder traer aquí nuestras historias, y ver cómo esas historias son interpretadas desde el punto de vista asiático", dijo Santucci.
Este año destacan en el SIFF, además, dentro de la sección de Panorama, las producciones "Sangre del Pacífico" (Argentina, 2009), de Boy Olmi, "Déficit" (México, 2007), de Gael García Bernal, y "Arte de roubar" (Portugal, 2008), de Leonel Vieira, así como la estadounidense "Acts of Mercy" (2009), de la hispana Laura López. Otra película relacionada con América Latina, dentro del ciclo Foco Alemania, es "Dr. Alemán" (Alemania, 2008), de Tom Schreiber, que trata los problemas de violencia de Colombia. A estas creaciones se suman cuatro cortos más: "El Forjador de Historias" (España, 2008), de José Gómez Gallego; "Disminuir el paso" (España, 2008), de Iván Hermes; "Porque hay cosas que nunca se olvidan..." (España, 2008), de Lucas Figueroa; y "Mais uma História no Rio" (Brasil, 2008), de Raul Guterres. Por último, también se vieron representados los cortometrajes de varios estudiantes de cine, como "Oda a la piña" (Cuba, 2008), de Laimir Fano Villaescusa, que ayer ganó el premio al mejor director que concede el festival a los estudiantes, así como "El muerto Mendoza" (Cuba, 2008), de Rodrigo Alves de Melo, y "Ephemeral" (Colombia, 2008), de Óscar Orjuela.
El realizador cubano Laimir Fano Villaescusa, de la Escuela Internacional de Cine y Televisión San Antonio de Baños, ganó el premio para estudiantes al mejor director de cortometrajes que concede el Festival, por su obra "Oda a la piña".
Los premios para estudiantes internacionales "Una ciudad mejor, una vida mejor", bautizados con el mismo lema que llevará la Exposición Universal que se organizará en la metrópoli asiática el año que viene, tuvieron este año un fuerte carácter latino, ya que entre los 20 nominados hubo también un colombiano y un brasileño.
Además, la cinta que fue destacada como mejor cortometraje del festival, "A day's work", del estudiante Rajeev Dassani, de la Universidad del Sur de California, se centra en un día de trabajo de tres inmigrantes mexicanos en Estados Unidos.
Ni Dassani ni Fano acudieron a recoger sus galardones a Shanghai, donde sí estuvieron el brasileño Rodrigo Alves de Melo, de la misma escuela que Fano, y el colombiano Óscar Orjuela, de la Universidad Javeriana de Bogotá.
Alves de Melo, en declaraciones a Efe, valoró de "muy positivo" que "un festival tan importante como el de Shanghai" nominara sus cortos, aunque también señaló algunos "problemas en la organización" que impidieron proyectar las veinte obras seleccionadas.
Por su parte, Óscar Orjuela se quejó de las dificultades que tienen los cortos colombianos para salir al extranjero, ya que "allí la gente no confía en ellos. Yo tuve suerte, porque conseguí que el festival de Shanghai me financiara parte del viaje y en Bogotá me financiaran la otra parte, pero tuve que apuntar a la luna para poder darle a la montaña", afirmó.
Este año, según datos de los organizadores, al festival llegaron 655 cortometrajes de 47 países, un récord de participación que atrajo a Shanghai al presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Los Ángeles, Sid Ganis, quien felicitó a los jóvenes y les animó a que siguieran en el mundo del cine. "Pedí especialmente estar en la competición de cortos en el festival de Shanghai porque creo que vosotros sois los próximos ganadores de los Óscar", les dijo.
En las otras tres categorías del festival los premios fueron para la surcoreana Hyebin Lee en la categoría de animación, para la británica Sally Pearce en la de mejor idea, y para la china Xi Xueqing como premio especial del jurado.
En un foro del Festival, se debatió acerca del éxito de la industria cinematográfica en tiempos de dificultades económicas. En los momentos difíciles, la gente se vuelca con las cosas que proporcionan placer. El foro de Shanghai se centró en la interacción entre la crisis financiera y la industria cinematográfica. La teoría es que las películas, que ofrecen consuelo y son asequibles como un pintalabios, se benefician de la economía en apuros.
El foro reunió a profesionales de la industria conematográfica de dentro y fuera de China. Representantes de la Sociedad de Cine de América afirmaron que la crisis financiera es una oportunidad para las producciones de gran calidad. Los realizadores chinos, animados por el crecimiento de los ingresos de taquilla de los últimos años, comparten esta visión.
En el año 2008, los ingresos por venta de entradas de China superaron los 630 millones de dólares, lo que supone un incremento del 30 por ciento respecto al año pasado. Treinta y cuatro cadenas de teatro de China operan más de mil 500 salas de cine. Con un mercado potencial de tal tamaño, las películas en lengua china tienen muchas probabilidades de ser un éxito.
En el año 2008, los ingresos por venta de entradas de China superaron los 630 millones de dólares, lo que supone un incremento del 30 por ciento respecto al año pasado. Treinta y cuatro cadenas de teatro de China operan más de mil 500 salas de cine. Con un mercado potencial de tal tamaño, las películas en lengua china tienen muchas probabilidades de ser un éxito.
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