La apertura de esta nueva sección la inauguramos con una de las grandes actrices del cine argentino: la señora Olga Zubarry, quien viene trayendo una buena y extensa trayectoria a lo largo de muchos años en el cine nacional, por el que ha transitado con solvencia y eficiencia para el deleite de varias generaciones de público con más de sesenta películas. A través de su labor frente a la pantalla cubrió un amplio y casi total espectro de personajes humanos que podría catalogarse como un repertorio envidiable y que sólo cabe en la trayectoria de una gran actriz.
No es fácil transmitir el fiel retrato de un artista, pues siempre lo asociamos subjetivamente a sus personajes o a su labor frente a las cámaras, y sobre todo tratándose de estrellas de cine, de quien cada uno ya tiene su propia y personal composición. Bien sabemos que, aunque alguien sea siempre el mismo, cada uno lo verá o apreciará a su manera.
Sólo tengo dos palabra para definir a Olga Zubarry: Actriz y Antidiva. Demostró, a través de los roles que le tocó personificar, ser una de las más grandes con propiedad. Pero al mismo tiempo, siempre estuvo distante de lo que comúnmente alimenta a una "gran estrella": el cotilleo, el cultivo de la imagen, los escándalos prefabricados, la prensa amarilla, la lucha por el cartel a cualquier precio, la rivalidad salvaje y despiadada, el crepúsculo amargo.
En 1946, siendo aun una adolescente, había filmado "El ángel desnudo", filme catalogado como pionero en un rótulo: el desnudo. Desnudo y década del 40 se aúnan para formar la palabra "escándalo". ¿Quién podía soportar, entonces, a Olga Zubarry "desnuda" en escenas que han quedado indeleblemente marcadas? ¿Justo en esa adolescente que había dejado una imagen de puerilidad superlativa en "16 años" un tiempo antes? Aunque hoy sabemos que el desnudo verdadero no fue el de Olga sino el de una estatua, no deja de asombrarnos su postura tan personal frente a algo que hubiera podido significar su muerte artística definitiva o un escándalo sin precedentes.
Realmente, a partir de este primer gran filme de la incipiente estrella, comienza para ella un camino ascendente que no tendría reposo en cinco décadas. A Olga no parecían pasarle los años y aunque le daban, en sus últimos trabajos, roles de madre o de abuela, siempre sus ojos, su voz, su rostro, sus manos eran los mismos, atributos "zubarrianos" que fueron su sello personal y que nunca se diluyeron. Podemos encontrar en la Olga actual -ya retirada- los mismos rasgos de la férrea y tierna Salui de "Hijo de hombre" o la lazarillo sufrida y sacrificada de "Marianela", como también la dureza y rigidez de la pianista en "Concierto para una lágrima", o la huérfana sin escrúpulos de "Abuso de confianza", no sin dejar de olvidarnos de sus roles más veristas, de mujer de vida liviana, como la víctima de Edward Hyde en "El extraño caso del hombre y la bestia" o aquella inolvidable "Pecadora" que aun resuena en la distancia temporal con los acordes de un tango de suburbio.
Galardonada en innumerables oportunidades, su trabajo le valió premios importantes, tales como el de la Asociación de Cronistas Cinematográficos como Mejor Actriz Principal por "El Vampiro Negro" y luego como Mejor Actriz protagonista por "Marianela"; en 1961 ganó el Premio Hispanoamericano del Festival San Sebastián como Mejor Actriz por "Hijo de hombre", en 1972 se llevó el Premio Aptra como Mejor actriz por el ciclo televisivo "Alta Comedia"; ganó el Premio Santa Clara de Asís en 1983 y en 1988 el Aptra otra vez con el Premio Protagonista por otro prestigioso ciclo en la pantalla chica: "De Fulanas y Menganas".
Su labor televisiva ha sito también muy prolífica, trabajando en importantes ciclos que han hecho historia y que siempre se recordarán. Entre ellos, mencionemos "La comedia de la noche", "Alta Comedia", "Nosotros y los miedos", "Situación Límite", "Atreverse", "De Fulanas y Menganas", "El precio del poder", "El Sillón de Rivadavia".
Pero su carrera de actriz no hizo totalmente a Olga Zubarry persona. Es esposa, madre, abuela, goza de amistades entrañables de muchos años, entre quienes cuento a mi querida amiga Adelita Montes, pionera de las cazadoras de autógrafos y muy bella persona, quien también, igual que Olga, es muy amada y respetada por generaciones enteras de actores, actrices, directores, periodistas, y un largo etcétera donde incluyo al público.
Hay otras actividades de Olga que la proyectan en el plano social con una dimensión totalmente solidaria: es madrina e impulsora muy activa de un hogar para niños carenciados llamado M.A.M.A. que está ubicado en Villa Ballester, localidad del Gran Buenos Aires. Desde allí orienta y ayuda a niños y madres que han sufrido la orfandad o la marginalidad en alguna de sus facetas.
¡Olga Zubarry! Cuántas mujeres la habrán odiado y cuántas habrán soñado con ser alguno de su personajes. A cuántos hombres habrá removido atávicas fantasías y cuántos habrán soñado con ella como la mujer de sus sueños. Cuántos niños habrán encontrado en algunos de sus personajes a la madre que nunca vieron o a la hermana ideal con la que nunca jugaron. A lo largo de sus distintas etapas como persona y como mujer, Olga Zubarry cubrió un amplio y casi total espectro de personajes humanos que podría catalogarse como un repertorio envidiable y que sólo cabe en la trayectoria de una gran actriz, con roles multifacéticos y versátiles, como entrando y saliendo de imágenes que remitían a otras y éstas a la vez catapultando a la conciencia del espectador al mundo de los arquetipos universales, en una sinfonía de llantos y risas humanas, cotidianas o de siempre, universales o locales.
Filmografía de Olga Zubarry en Argentina
16 años (1943)
Safo, historia de una pasión (1943)
La pequeña señora de Pérez (1944)
Las seis suegras de Barba Azul (1945)
El ángel desnudo (1946) Elsa
Adán y la serpiente (1946)
No salgas esta noche (1946)
La muerte camina en la lluvia (1948)
Los pulpos (1948)
Yo no elegí mi vida (1949)
Abuso de confianza (1950)
Valentina (1950)
El honorable inquilino (1951)
¡Qué hermanita! (1951)
La comedia inmortal (1951)
El extraño caso del hombre y la bestia (1951)
El baldío (1952)
El vampiro negro (1953)
Mercado negro (1953)
Ellos nos hicieron así (1953)
Maleficio (1954)
Sucedió en Buenos Aires (1954)
La simuladora (1955)
Marianela (1955)
Concierto para una lágrima (1955)
Vida nocturna (1955)
Pecadora (1956)
De noche también se duerme (1956)
Los dioses ajenos (1958)
La sangre y la semilla (1959)
El candidato (1959)
En la vía (1959)
Las furias (1960)
Todo el año es navidad (1960)
Asalto a la ciudad (1961)
A hierro muere (1961)
Hijo de hombre (1961)
Misión 52 (1962)
Proceso a la ley (1964)
Ahorro y préstamo para el amor (1965)
Los guerrilleros (1965)
Amor y un poco más (1968)
Invasión (1969) Irene
Corazón contento (1969)
El hombre del año (1970)
El encanto del amor prohibido (1972)
Mi hijo Ceferino Namuncurá (1972)
Si se calla el cantor (1973)
El fuego del pecado (1974)
Los chicos crecen (1974)
La Mary (1974)
Las procesadas (1975)
Crecer de golpe (1976)
La nueva cigarra (1977)
Mi mujer no es mi señora (1978)
Desde el abismo (1980)
¿Somos? (1982)
Los pasajeros del jardín (1982)
Los tigres de la memoria (1984)
Contar hasta diez (1985)
Luna caliente (1985)
En busca del brillante perdido (1986)
Luces de ayer (1996)
El ángel y el escritor (1997)
Plaza de almas (1997)
Publicado por © Alberto Peyrano
No hay comentarios:
Publicar un comentario