Todos recordamos la gráfica de pequeños cuadros con una complicada lista de números y letras que colgaba en nuestro salón de clases, la llamada tabla periódica de elementos. Nos dijeron en el colegio que todos los distintos tipos de "elementos" que existen en el universo estaban catalogados en esta tabla: que "H" era hidrógeno, "L" era litio, "Be" berilio, "Ca" calcio, "Rb" rubidio, etcétera, etc.
Lo que quizás no nos dijeron es que en esta tabla había varios huecos y que muchos científicos alrededor del mundo estaban investigando para llenar estos vacíos. Ahora, científicos del Centro de Investigación del Ion Pesado en Alemania recibieron oficilamente el crédito por haber encontrado un nuevo elemento para la tabla periódica, el "superpesado" 112.
Aunque el profesor Sigurd Hofmann, quien dirigió la investigación, todavía no propone un nombre para su descubrimiento, éste ya puede colocarse formalmente en la tabla.
El profesor Hoffman comenzó su búsqueda en 1976. La fusión de experimentos que ha llevado a cabo con sus colegas del Centro ya habían revelado la existencia de los elementos con los números atómicos 107 al 111. Estos elementos son conocidos como los "superpesados". Sus números representan el número de protones que, junto con los neutrones, dan al átomo la gran mayoría de su masa.
Para crear el elemento 112, el equipo del profesor Hofmann utilizó un acelerador de partículas de 120 metros de largo para disparar un rayo de átomos cargados de zinc (o iones de zinc) a átomos de plomo. Así, los núcleos de los dos elementos se fusionan para formar el núcleo de un nuevo elemento. Estos núcleos, además de ser enormes y pesados, son también inestables. Comienzan a descomponerse o desintegrarse poco después de haberse formado -en este caso después de unos pocos milisegundos. Esta desintegración libera energía, que los científicos pueden medir para analizar el tamaño del núcleo en descomposición.
Pero este tipo de experimentos hasta ahora habían producido muy pocas fusiones exitosas y los científicos necesitan aceleradores cada vez más poderosos para llevar a cabo las pruebas durante más tiempo y poder encontrar a los elusivos elementos inestables. Es por eso que ha tomado tanto tiempo, más de una década, para que la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) reconozca oficialmente al elemento 112.
"Entre más grande es el número atómico, más inestable es el elemento" explicó a la BBC el doctor John Kalman, de la Universidad de Tecnología de Sidney. "Todo lo que sobrepasa al elemento 82 -el plomo que es totalmente estable- es radioactivo, es decir que dispara espontáneamente partículas que pueden ser parte del núcleo para hacerse más estable. Así que este hallazgo expande los límites en el conocimiento de lo que puede existir, y de los átomos que pueden mantenerse juntos" afirma.
Hace más de diez años el profesor Hofmann logró producir por primera vez un solo átomo del elemento, pero el descubrimiento tuvo que ser verificado de forma independiente y hasta ahora sólo han podido observarse cuatro átomos. La IUPAC nombró temporalmente al elemento ununbio (Uub), ya que "ununbi" significa "uno uno dos" en latín. Pero ahora el profesor Hofmann deberá ponerle su nombre oficial y la lista de candidatos se mantiene bajo estricto secreto.
Hasta ahora se han detectado 118 elementos, pero sólo han sido reconocidos oficialmente 106. El problema de los elementos 107 al 118 (con excepción del 112) es que su existencia es tan limitada que hasta ahora ha sido imposible confirmarla.
"Se sabe que el elemento 118 sólo ha logrado existir por medio milisegundo" dice el doctor Kalman. "Esto significa que el elemento desaparece incluso antes de que podamos verlo y mucho menos comprobar que existe. Pero aunque parezca increíble, con el elemento 112, a pesar de su corta vida se logró observarlo y comprobar su existencia".
Los científicos alemanes no son los únicos que han estado muy ocupados intentando descubrir nuevos elementos quimicos. Equipos en Rusia, Estados Unidos y Japón también participan en lo que el profesor Hofmann describe como "una competición sana" en la búsqueda de nuevos elementos pesados. En 2006, los investigadores del Instituto Conjunto para la Investigación Nuclear en Dubna, Rusia, dijeron haber encontrado el elemento 118 bombardeando un blanco de californio (Cf) con un rayo de iones de calcio.
"Hemos confirmado algunos de estos resultados" dijo a la BBC el profesor Hofmann, que ahora tiene ambiciones más grandes. "Probamos el mismo experimento para conseguir el elemento 120" dice el investigador. "Todavía no lo hemos visto pero creemos que el elemento existe y con un rayo de duración suficientemente larga podríamos llegar a producirlo. Ciertamente es una carrera, y es muy agradable estar en el primer lugar" expresó.
Lo que quizás no nos dijeron es que en esta tabla había varios huecos y que muchos científicos alrededor del mundo estaban investigando para llenar estos vacíos. Ahora, científicos del Centro de Investigación del Ion Pesado en Alemania recibieron oficilamente el crédito por haber encontrado un nuevo elemento para la tabla periódica, el "superpesado" 112.
Aunque el profesor Sigurd Hofmann, quien dirigió la investigación, todavía no propone un nombre para su descubrimiento, éste ya puede colocarse formalmente en la tabla.
El profesor Hoffman comenzó su búsqueda en 1976. La fusión de experimentos que ha llevado a cabo con sus colegas del Centro ya habían revelado la existencia de los elementos con los números atómicos 107 al 111. Estos elementos son conocidos como los "superpesados". Sus números representan el número de protones que, junto con los neutrones, dan al átomo la gran mayoría de su masa.
Para crear el elemento 112, el equipo del profesor Hofmann utilizó un acelerador de partículas de 120 metros de largo para disparar un rayo de átomos cargados de zinc (o iones de zinc) a átomos de plomo. Así, los núcleos de los dos elementos se fusionan para formar el núcleo de un nuevo elemento. Estos núcleos, además de ser enormes y pesados, son también inestables. Comienzan a descomponerse o desintegrarse poco después de haberse formado -en este caso después de unos pocos milisegundos. Esta desintegración libera energía, que los científicos pueden medir para analizar el tamaño del núcleo en descomposición.
Pero este tipo de experimentos hasta ahora habían producido muy pocas fusiones exitosas y los científicos necesitan aceleradores cada vez más poderosos para llevar a cabo las pruebas durante más tiempo y poder encontrar a los elusivos elementos inestables. Es por eso que ha tomado tanto tiempo, más de una década, para que la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) reconozca oficialmente al elemento 112.
"Entre más grande es el número atómico, más inestable es el elemento" explicó a la BBC el doctor John Kalman, de la Universidad de Tecnología de Sidney. "Todo lo que sobrepasa al elemento 82 -el plomo que es totalmente estable- es radioactivo, es decir que dispara espontáneamente partículas que pueden ser parte del núcleo para hacerse más estable. Así que este hallazgo expande los límites en el conocimiento de lo que puede existir, y de los átomos que pueden mantenerse juntos" afirma.
Hace más de diez años el profesor Hofmann logró producir por primera vez un solo átomo del elemento, pero el descubrimiento tuvo que ser verificado de forma independiente y hasta ahora sólo han podido observarse cuatro átomos. La IUPAC nombró temporalmente al elemento ununbio (Uub), ya que "ununbi" significa "uno uno dos" en latín. Pero ahora el profesor Hofmann deberá ponerle su nombre oficial y la lista de candidatos se mantiene bajo estricto secreto.
Hasta ahora se han detectado 118 elementos, pero sólo han sido reconocidos oficialmente 106. El problema de los elementos 107 al 118 (con excepción del 112) es que su existencia es tan limitada que hasta ahora ha sido imposible confirmarla.
"Se sabe que el elemento 118 sólo ha logrado existir por medio milisegundo" dice el doctor Kalman. "Esto significa que el elemento desaparece incluso antes de que podamos verlo y mucho menos comprobar que existe. Pero aunque parezca increíble, con el elemento 112, a pesar de su corta vida se logró observarlo y comprobar su existencia".
Los científicos alemanes no son los únicos que han estado muy ocupados intentando descubrir nuevos elementos quimicos. Equipos en Rusia, Estados Unidos y Japón también participan en lo que el profesor Hofmann describe como "una competición sana" en la búsqueda de nuevos elementos pesados. En 2006, los investigadores del Instituto Conjunto para la Investigación Nuclear en Dubna, Rusia, dijeron haber encontrado el elemento 118 bombardeando un blanco de californio (Cf) con un rayo de iones de calcio.
"Hemos confirmado algunos de estos resultados" dijo a la BBC el profesor Hofmann, que ahora tiene ambiciones más grandes. "Probamos el mismo experimento para conseguir el elemento 120" dice el investigador. "Todavía no lo hemos visto pero creemos que el elemento existe y con un rayo de duración suficientemente larga podríamos llegar a producirlo. Ciertamente es una carrera, y es muy agradable estar en el primer lugar" expresó.
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