martes, 1 de septiembre de 2009

Cuando el cartero se demora... por Alberto Peyrano

Leemos la noticia del día en varios periódicos del mundo: “Carta de amor llega a destino después de 72 años”.

¿Cómo puede haber pasado eso? La mente comienza a navegar, hasta surgen poemas por el contenido de la novedad. La misiva había sido enviada en agosto de 1937, desde los Alpes franceses, y llegó cuando su destinataria llevaba... ¡40 años fallecida!

El 11 de agosto de 1937, J.A. Achiardi le envió una carta a su amada Fernande Roberi, desde Saint-Etienne-de-Tineen, en los Alpes marítimos franceses. Sin embargo, la misiva no llegó a tiempo; de hecho, recién llegó a destino 72 años después, cuando su destinataria ya había partido de este mundo.

Sigue navegando la irrefrenable dueña de la fantasía, surgen las imágenes: Fernande esperando esa carta que nunca llegó.... y la vida se le fue, junto con sus sueños. J. A. aguardando la respuesta... que tampoco ¡nunca llegó! ¿Hay algo más generador de ansiedad que una nota inconclusa en algún capítulo de nuestra vida?

Según el caso reconstruido por el diario Monaco Matin, la hermana de Fernande, Olga Platini, de 94 años, recibió la carta con fecha 25 de agosto, proveniente del centro de distribución de Niza.

Niza... uno piensa en la felicidad, en el mar, en el sol, en una ciudad mágica. Mmmm... ¿Tal vez la guerra...? Es lo primero que se impone, cuando la razón te hace bajar de un clic hacia la silla donde te encuentras... Y sigo ahora razonando: pero, para que comenzara la guerra... ¡aún faltaban dos años!!!! ¡NO! Es inadmisible, grita el corazón. Y sin embargo....

Para Jean-Luc Delacroix, director de la oficina postal local, "la única explicación racional es que la carta cayó detrás de una caja de distribución" y permaneció allí 72 años.

Sin palabras....

Nota: Quien envíe una carta importante a Francia... ¡cerciórese antes que el destinatario no esté muerto y pida la confirmación por teléfono cuando la misiva hay sido recibida!

Publicado por Alberto Peyrano
Buenos Aires, Argentina
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Una nota muy triste pero muy linda.
Si hubieran tenido Internet en aquella época probablemente no hubiéramos conocido una carta así, pero un mail no se hubiera perdido, verdad?