lunes, 7 de septiembre de 2009

Buenos Aires Tango Club: Fijando posición

El tango fue un “fenómeno social” que abarcó todos los estamentos sociales que habitaron su zona de influencia, un abanico que haciendo eje en Buenos Aires se extendió hacia los pueblos y ciudades bonaerenses cercanas a la gran urbe, abarcando la otra orilla del Plata, y teniendo como punto extremo a la ciudad de Rosario y sus pueblos co-lindantes.

Toda la renovación producida en la década del 20 y principios del 30 tuvo también su “hibernación” durante la “década infame”, resurgiendo fuertemente en la década del 40,consolidándose como manifestación social durante el primer gobierno peronista, produciéndose a posteriori su lenta pero inexorable dificultad para continuar su exitoso camino.

La problemática de la caída de la participación del tango dentro de la sociedad argentina actual, tiene diversos componentes, todos ligados primordialmente a razones políticas. Todo tiene que ver con lo que nos pasa a nivel país. Ningún elemento se puede analizar aislado del contexto político-social en el que estamos inmersos.

Después de la segunda guerra, se estableció un nuevo orden mundial. La potencia hegemónica en esta parte del mundo fué y lo sigue siendo E.E.U.U de Norteamérica. Durante los años de la posguerra, el nuevo imperio fue imponiendo sus rasgos dominantes. Nuestro país dejo de jugar dentro de la orbita del imperio ingles, el que también sucumbió por los efectos devastadores de la contienda, para pasar a tener una dependencia cada vez mas manifiesta del imperialismo norteamericano.

Hubo un periodo de diez años, (1946-1955), en el que por diversas razones, pudimos establecer un modelo de país independiente en el que florecieron los rasgos fundamentales de nuestra identidad cultural. Producido el golpe militar del ´55 comenzó la recolonización económica de nuestra república. No fue un fenómeno aislado, lo mismo que pasó con el tango, sucedió con la copla española, la canzoneta italiana, los valsecitos franceses, etc. etc.

En nuestro país, concretamente, esa política de sumersión de lo nacional comenzó en los primeros años de los ´60. Es muy conocida la posición adoptada por el tan mentado ( y odiado por los tangueros ) Ricardo Mejia, , presidente de RCA, creador del “Club del Clan”, -donde cantaba entre otros, la que después fuera su esposa, Yoly Land-, quién tomó la disposición de proceder a fundir las viejas matrices de los discos 78 RPM, , que eran de cromo-níquel. Su argumento fue: “el tango está perimido” y por ende, se tiró gran parte de las viejas grabaciones sin tomar el recaudo de levantar la información para imprimirla en cintas magnetofónicas. Este señor fue el iniciador de la política de desguase que luego siguieron las restantes compañías multinacionales.

Resumiendo, la importación de nuevos ritmos que dejaban jugosos beneficios a los países centrales, la falta de defensa de lo nacional en su conjunto, sumado a la nefasta línea de sometimiento en el que cayeron los gobiernos locales, configuró un avasallamiento de la identidad de los países dependientes en primer lugar y del mundo entero que quedó bajo su área de dominación.

Cuando un pueblo pierde su identidad, es pasto propicio para la dominación de la potencia de turno.

Es eso lo que ocurrió en todos los campos, incluido el de la cultura. Nos vaciaron de contenido, se llevaron lo mejor de nuestros científicos, desarticulando totalmente nuestra estructura de investigación y productiva, imponiendo en lo económico su visión de modelo único posible, dentro del nuevo ciclo del capitalismo mundial globalizado

No podemos entonces ser tan simplistas como para concluir pensando que lo ocurrido a nivel mundial, reflejado en lo interno por el seguimiento de esas políticas impuestas, pueda ser responsabilidad de uno o varios intérpretes que se ubicaron como creadores de nuevas formas de composición e interpretación musical.

También De Caro fue un renovador de su época, teniendo al principio más detractores que adherentes. Pero luego el conjunto de nuevos músicos de ése entonces fueron incorporando sus arreglos y formas novedosas de interpretación.

Quizás nuestro mayor error consiste en establecer permanentemente parangones comparativos entre las diferentes épocas y modos de interpretación. Siempre estamos hablando acerca de qué fue lo mejor y en ese punto no van a existir nunca coincidencias absolutas. Debemos aprender a gustar de toda la buena música dejando fluir libremente nuestra percepción sin encasillamientos. Se puede escuchar y saborear una interpretación de Canaro o Firpo de los años ´30 y al mismo tiempo solazarse con un excelente arreglo e interpretación de la Orquesta del Tango de la ciudad de Buenos Aires, bajo la dirección de Raúl Garello haciendo una fantástica versión de “Alma en Pena” o recreando una vez más “Ojos negros” y disfrutar de sus propias composiciones como “ Verdenuevo.”, o “ Che Buenos Aires”, pasando por “Negracha” de Pugliese o “Bandoneón arrabalero” en novedosos arreglos.

Personalmente, puedo hacer abstracción de preconceptos sobre determinadas épocas y sus intérpretes. Trato de ubicarme conceptualmente acerca de lo que voy a oir, sabiendo a priori que desde el punto de vista técnico encontraré falencias comparativamente a los sonidos que hoy nos pueden ofrecer los elementos que componen tanto los modernos equipos de reproducción, como los de los estudios de grabación. Igualmente puedo escuchar, disfrutar y valorar las viejas grabaciones, pudiendo apreciar las particularidades de cada intérprete y sus sonidos y estilos propios. Lo mismo con los vocalistas, cada uno de ellos con su matiz de voz peculiar sumándose en la mayoría de las veces a las orquestas que le dieron una fisonomía diferenciada.

Con relación a lo nuevo, creo que hay mucha improvisación y falta de profesionalismo en líneas generales. Cualquiera de las figuras de antaño pasaron primero por un largo período de selección natural entre infinidad de participantes. Muchas de esas figuras, Arolas, Bardi-Cobián, etc., siguen siendo permanentes referentes de las nuevas generaciones que se van desarrollando. Desde luego que, como dijimos antes, estamos en otro momento histórico, en otro Buenos Aires, y es muy diferente también su gente. En los noveles músicos hay buena técnica y mucho conservatorio en líneas generales, pero hay poco talento, dedicación y sacrificio. De todos modos los viejos tangueros debemos alentar su participación en el género, ayudándolos a comprender que para superarse deberían aprender de esos formidables intérpretes que hicieron la historia grande del tango. No debemos confrontar con ellos descalificando sus obras y sus conjuntos. Debemos ayudarles a descubrir la riqueza inmensa que guarda la discografía de esas figuras señeras que fueran hacedores de esa famosa “época de oro”, que generaran ése fenómeno que permitiera la proliferación de más de cien orquestas de valía y cientos de vocalistas.

No es combatiendo la modernidad como vamos a lograr sumarlos al intento de recuperar lo mejor de nuestro tango.

Pero tampoco debemos olvidar que este aparente “revival” del tango a nivel mundial, tiene que ver fundamentalmente con el baile y la “milonga”, no con la música, con los conjuntos orquestales, con los vocalistas y mucho menos con los autores y compositores que constituyeron el basamento esencial de su desarrollo en los años de gloria.

El tango actual no es un “fenómeno social” como lo fuera en los años de su mayor esplendor. La juventud no participa de la movida, si bien es cierto que muchos jóvenes se sienten atraídos por la “milonga” e incursionan como bailarines fundamentalmente atraídos por los frutos laborales que la enseñanza del baile les da en distintas latitudes,la juventud es atraída por otros géneros musicales como el rock, la bailanta y la cumbia villera, según su condición social, existiendo miles de boliches que reúnen verdaderas multitudes de participantes , lo que configura eso sí el actual “fenómeno social” musical.

Para debatir sobre estas cosas, es que estamos convocando a nuestros asociados y a todos aquellos que tengan vinculación con el género, como periodistas especializados, difusores, músicos e intérpretes, coleccionistas, historiadores y entendidos en general, para que en una asamblea abierta podamos debatir sobre la manera de aportar elementos que ayuden al desarrollo de nuestro tango tratando de sobreponernos con trabajo y esfuerzo a las contingencias adversas que imposibilitan su expansión generalizada como debiera serlo.

La reunión está propuesta para el día 11 de Septiembre de 2009 a realizarse en Esmeralda 660, piso tercero, Salón de Actos del Banco de la Ciudad de Buenos Aires, quienes gentilmente nos han cedido sus instalaciones. El comienzo está fijado para las 17 horas, siendo de cumplimiento muy estricto porque deberemos dejar el salón a una hora determinada, razón por la cual les pedimos puntualidad a los concurrentes.

Mucho agradeceríamos sus comentarios al respecto y los aportes de ideas que de ser interesantes podrían incluirse en el orden del día a tratarse.

Desde ya muchas gracias por vuestra atención, por los aportes que pudieran hacernos y por la concurrencia a esta importante reunión que creemos fijarán un hito en nuestro quehacer institucional.

Buenos Aires Tango Club
Miguel Ángel Fernández
Presidente
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Publicado por Alberto Peyrano
Buenos Aires, Argentina
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