domingo, 12 de julio de 2009

BADEN-POWELL Y UN IDEAL DE VIDA



El 22 de febrero de 1857, nacía en Londres un niño llamado Robert Stephenson Smith Baden Powell, sexto hijo de un eclesiástico profesor de Oxford. Más tarde sería conocido en el mundo entero como Baden-Powell, el creador y fundador del scoutismo.

Su padre falleció cuando el niño sólo contaba tres años. Se vio así huérfano de padre y dedicó todo su amor a su madre y sus seis hermanos. Dio sus primeros pasos en la enseñanza elemental, en la escuela pública de Charterhouse en la capital británica, ganándose en buena ley el cariño de todos, compañeros y maestros. Durante las vacaciones aprovechaba para salir de campamento con sus hermanos mayores. Vemos así que, desde sus más tiernos años, Baden-Powell tenía un amor muy especial por la vida natural y la aventura.

A los 19 años de edad ingresó en el ejército. Como oficial de carrera viajó mucho, conociendo gran parte del mundo. Durante sus viajes conoció tribus de guerreros en África, vaqueros americanos y hasta convivió con los indios de Estados Unidos y del Canadá. Los aborígenes, en su lengua, lo llamaron “lobo que nunca duerme”.

En 1899, durante la Guerra del Transvaal, Baden-Powell ejerció el comando de la guarnición de Mafeking, importante ramal ferroviario de gran valor estratégico. La ciudad, durante meses, fue víctima de ataques de las fuerzas enemigas, en número superior, y sólo se mantuvo gracias a la inteligencia y el coraje de su comandante, cuyas actitudes inspiraban el desempeño de sus subordinados. Como contaba con pocos soldados, Baden-Powell entrenó a todos los hombres de la ciudad para que le ayudaran como combatientes y para los servicios auxiliares: primeros auxilios, comunicaciones, cocina, etc., y al mismo tiempo organizó un cuerpo de cadetes con adolescentes, en la ciudad. La forma en que los jovencitos desempeñaban sus tareas, cómo demostraban su educación, su lealtad, coraje y responsabilidad, causó buena impresión en su líder, y años más tarde aquel acontecimiento tendría gran influencia en la creación del scoutismo.

Baden-Powell luego fue promovido al grado de Mayor General y se tornó más popular a los ojos de sus compatriotas, lo cual le permitió lanzar con facilidad su libro “Aids to scouting”, escrito para militares. Pero el éxito de la publicación trascendió los límites de los cuarteles pues fue captado por el público joven, lo cual incentivó a su autor a reeditarlo en una versión escrita especialmente para los muchachos.

Junto con un grupo de veinte muchachos, viajó a la isla de Brownsea en 1907, realizando allí el primer campamento scout de la historia. Al año siguiente escribió “Scoutismo para jóvenes”, publicado en seis fascículos quincenales junto con un manual de adiestramiento. Cuando el siglo terminaba su primera década, Baden-Powell tomó conciencia que el scoutismo sería la obra a la que dedicaría su vida, retirándose del ejército y dedicándose sólo a su movimiento.

Luego de varios de consagración a este ideal, viajando por el mundo y fundando asociaciones en varios países, Baden-Powell sintió que sus fuerzas se debilitaban y se retiró a una pequeña propiedad que tenía cerca de la ciudad de Nairobi, en África. Allí, junto a su esposa compartía su tiempo entre la pintura, su numerosa correspondencia y las visitas de sus amigos. Falleció en la madrugada del 8 de enero de 1941, mientras dormía.

Argentina fue el segundo país en adoptar el escoutismo. Chile fue el tercero por unos meses de diferencia. Las dos primeras patrullas argentinas se organizaron en el pueblo de Banfield, en el Gran Buenos Aires y luego comenzaron a formarse grupos scouts y asi comenzó la idea de reunir a los grupos scouts de Argentina bajo una sola direccion. El Dr. Russell D.Christian y el Perito Moreno acordaron realizar una asamblea que el 4 de agosto de 1912 dejó constituida la Asociacion de Boys Scouts. En 1917 se obtuvo la personeria jurídica y el 13 de noviembre del mismo año el presidente de la república. El Dr. Hipólito Yrigoyen, firmó un decreto por el cual se declaró al escoutismo como institución nacional.

Entre los papeles de Baden-Powell, después de su muerte, se encontró este mensaje que transcribimos en su totalidad:

“Queridos scouts:
Si alguna vez han visto el juego de "Peter Pan" recordarán cómo el jefe de los piratas estaba siempre haciendo su último discurso de despedida, por temor a que posiblemente, cuando le llegara la hora de morir, no fuera a tener tiempo de darlo a conocer. Así me sucede a mí, y aun cuando no me estoy muriendo en este momento, esto tendrá que suceder uno de estos días, y deseo deciles una palabra de despedida.
Recuerden: ésta es la última que oirán de mí: por lo tanto, medítenla.
He tenido una vida muy dichosa y deseo que todos ustedes tengan también vidas muy dichosas.
Sé que Dios nos ha puesto en este mundo encantador para que seamos felices y gocemos de la vida. Pero la felicidad no proviene de la riqueza, ni de tener éxito en la carrera simplemente, ni dándose un gusto a sí mismo. Un paso hacia la felicidad es hacerse uno sano y fuerte, cuando niño, para poder ser útil y así poder gozar de la vida cuando se es hombre.
El estudio de la naturaleza les enseñara cómo ha llenado Dios de cosas bellas y maravillosas este mundo, para que lo puedan gozar. Estén satisfechos con lo que les haya tocado y saquen de ello el mejor partido que puedan. Vean siempre el lado bueno de las cosas y no el malo. Pues la verdadera manera de obtener la felicidad es haciendo felices a los demás.
Traten de dejar al mundo mejor de como lo encontraron: de esta manera, cuando les llegue la hora de morir, podrán hacerlo felices, porque, por lo menos, no habrán perdido el tiempo y habrán hecho cuanto les fue posible por hacer el bien.
''Estén listos" en esa forma, para gozar una vida dichosa y morir dichosos, aférrense a su promesa scout, siempre, aun cuando hayan dejado de ser muchachos. Que Dios los ayude a hacerlo así. `

Vuestro Amigo
Baden Powell”



Publicado por Alberto Peyrano
© Buenos Aires, Argentina
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