martes, 23 de junio de 2009

ESTRELLAS DE CUATRO RUEDAS

Son auténticas estrellas sobre cuatro ruedas. El celuloide los ha inmortalizado con más fuerza, en muchos casos, que cualquier actor y actriz de carne y hueso. Son los coches más míticos de la historia del cine: desde los Aston Martin de James Bond, hasta el mítico Mustang de Bullit, pasando por el maléfico Plymouth rojo y blanco, encarnación del mal, en la terrorífica Christine. A través de una encuesta realizada por ECOMOTOR, se publicó una lista de los 10 automóviles más famosos de la historia del séptimo arte.

1. Aston Martin DBS
Hablar de James Bond y no hablar de su mítico Aston Martin sería arrebatarle uno de los rasgos característicos del personaje ya inmortal creado por Ian Fleming, al igual que su licencia para matar o su martini "mezclado, no agitado". El nivel de sofisticación de los sucesivos modelos que ha ido conduciendo, así como los gadgets que durante décadas han ido acumulando gracias a las habilidades de 'Q' -el científico que trabaja para los Servicios Secretos de su Real Majestad- o a las generosas partidas presupuestarias de los sucesivos 'M' -el jefe de Bond, ahora jefa desde hace varias películas-, le convierten en el auténtico precusor del paradigma del coche 'fantástico'. Desde el Aston Martin DB5 de "Goldfinger" (1969) hasta el último DBS con el que se abre "Quantum of Solace" -perseguido frenéticamente por un Alfa Romeo 159- han convertido a este modelo en el icono cinematográfico por excelencia.

2. Ford Mustang GT 390

No importa la cantidad de neumáticos quemados y rollos de película gastados. Sin lugar a dudas, la mejor persecución jamás filmada en el celuloide, es la de "Bullit". El increíble hecho de que hayan pasado 41 años -"Bullitt", dirigida por Peter Yates, se filmó en el año 1968- le da un valor mayor a esta secuencia mítica, protagonizada por un Mustang GT 390-que conduce Steve McQueen- y un Dodge Charger, conduciendo frenéticamente por San Francisco. Sin efectos de ningún tipo ni ordenadores. Dos modelos míticos para una escena que es todo adrenalina.

3. Plymoth Fury 1958 (foto)

Para adrenalina, la que hace desprender este Plymoth Fury del año 58, rojo y blanco. Toda una maravilla clásica... con una buena dosis psicopática bajo el capó. La novela de Stephen King, "Christine", llevada a la gran pantalla por John Carpenter, sobre el proceso de transformación de un adolescente en una especie de 'cómplice' al volante de un coche poseído por las fuerzas del mal, causó más de una pesadilla y sirvió para hacernos mirar con otros ojos las líneas clásicas de los coches americanos de los años 50 -una de las obsesiones de King, a las que volvería en su literatura en novela 'Buick 8'- y, sobre todo, para poner en valor este raro y hermoso modelo clásico estadounidense, del que apenas se fabricaron 3.000 unidades por parte de la marca filial de Chrysler de este modelo en el año 58. Eso sí, pese a su mal carácter, Christine era capaz, tras sus furiosos ratos homicidas, de 'curar sus propias heridas' y restaurarse de manera milagrosa: toda una alegría para las compañías de seguros.

4. Ford Gran Torino Sport 1972

La impresionante última versión del Torino de Ford, un coche que dejó de producirse en el año 1976, es el protagonista de la última película de Clint Eastwood "El Gran Torino", en la cual el vehículo se convierte en el símbolo de una serie de ideales estadounidenses que el protagonista lucha por mantener dentro de su barrio multiétnico y conflictivo. Además de tratarse de una de las pocas películas con nombre de vehículo, este Gran Torino es todo un homenaje a una década -la de los 70- y a un coche que fue un éxito de ventas a lo largo de sus casi siete años de existencia en todas sus versiones y que conoció las mieles del éxito en el circuito deportivo NASCAR.

5. Checker MarathonTurno

Para los taxis. Y ninguno más memorable que éste, de la película "Taxi Driver", el típico cab neoyorquino que materializa el ansia de justicia de su protagonista, un insomne Robert de Niro, que conduce por la Big Apple de madrugada y se da cuenta de que lo que había contemplado en Vietnam, durante la guerra, es un juego de niños comparada con la corrupción nocturna de su ciudad. Sin embargo, no ha sido perdonado tampoco por la crisis: la compañía de Michigan, Checker Motors, se tuvo que acoger a la bancarrota en enero de este año, tras 87 años de existencia. Más allá del aluvión de premios y la excelencia de la obra, queda para el recuerdo la imagen de este Checker Marathon rodeado de oscuridad, envuelto por la música del genial Bernard Herrmann.


6. Plymouth Valiant 1971

Este coche es uno de los grandes héroes de la historia del cine... y uno de los olvidados. El pequeño Plymouth Valiant de 1971, conducido por Dennis Weaver, que intenta escapar del oxidado y homicida "Diablo sobre Ruedas" -un camión Peterbil 281 de 1955- es todo un clásico del cine -aunque la película fuera concebida originariamente por Steven Spielberg para la televisión. Su color rojo brillante, escogido por el director para que resaltara mejor frente a los colores ocres del desierto, su imagen de fragilidad frente al espeluznante camión... y su capacidad de aguantar embites, choques, derrapes y todo tipo de ataques mecánicos le hacen merecer el título de automóvil más sufrido de la historia del cine... con sacrificio final incluído.

7.Tucker Sedan 1948

Para joya de la automoción, ésta. El Tucker Sedán de 1948, del que sólo se produjeron 51 unidades es la plasmación absoluta del sueño de un hombre -Preston Tucker, su promotor y dueño de la empresa del mismo nombre- y de cómo la -cruda- realidad de un mercado controlado por grandes corporaciones puede dar al traste con el mismo. El Checker y sus diferentes variantes tuvieron una vida larga. Nada menos que de 1959 a 1982, con sus diferentes variantes. Su efigie llegó a ser tan típica de Nueva York como el Empire State o el Rockefeller Center. Francis Ford Coppola inmortalizó la lucha épica del fabricante de este super-avanzado vehículo para la época: perímetro envolvente anti-choque, un motor de prestaciones y concepción muy superiore a las de sus homónimos de entonces, una luz central a lo 'cíclope' que se orientaba según la dirección de las ruedas...- contra las 'big three' - las tres grandes automovilísticas de la época: General Motor, Ford y Chrysler.


8. DeLorean DMC-12

El Delorean -llamado así también como modelo porque su fabricante, DeLorean Motors Company, sólo llegó a sacar un vehículo-, este DMC-12, fue inmortalizado como singular máquina del tiempo en las sucesivas entregas de "Regreso al Futuro". Si bien el primer prototipo apareció a finales de los 70, lo cierto es que la producción del mismo solamente se realizó durante un año, de 1981 a 1982, hasta que la empresa quebró y su promotor, John De Lorean, fue arrestado acusado de tráfico de estupefacientes, aunque posteriormente se le declararía inocente de todos los cargos. Sus puertas de alas de gaviota, su carrocería metálica de acero inoxidable y el resto de detalles de su espectacular y único diseño -concebido por el célebre italiano Giorgetto Giugiaro- le aseguran ya un lugar propio en la historia... y hay noticias de que, posiblemente, el DMC-12 vuelva a fabricarse, con cuentagotas, de la mano de un empresario norteamericano.


9. Ford Mustang Mach 1 de 1973

Atención: ¿quieren saber quién es uno de los pocos coches que ha tenido tratamiento de estrella en una película? Pues nada menos que, 'Eleanor', el nombre que se le concedió a esta auténtica maravilla de Ford Mustang Mach 1 de 1973 para su participación en el film "Gone in 60 seconds". Este nombre, además, sería extensible tanto a la secuela como a la remake -"60 Segundos"-, del año 2000, sobre las peripecias de un ladrón de coches que ha de robar 50 potentes vehículos en menos de un día. Con todos los respetos de Angelina Jolie, la verdadera belleza de esta película volvía a ser este 'Eleanor', esta vez una adaptción de un Mustang de 1967.


10. Jaguar MK VIII 1957

Si todo es simbología en una de las más grandes películas de la historia del cine -colores, palabras, sueños-, la misma no podría dejar de empapar a todo lo que aparece en dicha película, coches incluídos. Si la de Bullitt es la mejor persecución jamás filmada, el seguimiento que hace el detective privado 'Scottie' Ferguson de la misteriosa Madeleine Elster, al suave ritmo del 'score' de -otra vez- Herrmann es una joya para todos los amantes del cine. Así, Kim Novak, que encarna a la fantasmal Madeleine en "Vértigo" de Alfred Hitchcock, recorre las calles de San Francisco al volante de un Jaguar MK VIII de color verde -que simboliza el recuerdo y la evocación del pasado- mientras que el detective, encarnado por James Stewart, la sigue en un Desoto Firedome Sportsman Hardtop Coup del 56, de color blanco. Su periplo, a medio camino entre el vagabundeo sin rumbo fijo -de ella- y la obsesión de él por intentar entender una realidad que se le escapa, configuran una persecución automovilística que más parece una cortejo. Finalmente, y por si alguien dudara del simbolismo que tienen los coches en esta película basta con ver el coche de la tercera 'parte' del triángulo. El de la aburrida solterona Midge, eterna pretendiente de Stewart, que tiene un convencional Volkswagen... de color gris.

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