martes, 30 de junio de 2009

EL ADIÓS A PINA BAUSCH


Sorpresivamente nos llega la noticia que Pina Bausch, coreógrafa y bailarina alemana, falleció este martes, a los 68 años, en el Oeste de Alemania. La bailarina, que hizo historia con su estilo único de bailar, habría muerto de cáncer, sólo cinco días después de que se le diagnosticara esa enfermedad.
Considerada uno de los mayores nombres de la danza contemporánea de Alemania, su nombre completo era Josephine Bausch y ella comenzó su carrera en el Metropolitan Opera House de Nueva York.
Su verdadero nombre era Josephine Bausch y había nacido en Solingen, Renania del Norte, Westfalia, el 27 de julio de 1940. Creció en el pequeño hotel restaurante de sus padres. A los 14 años entró a la escuela de Folkwang de Essen, bajo la dirección del coreógrafo Kurt Jooss, uno de los fundadores de la 'Ausdruckstanz', que combina el movimiento, la música y elementos de arte dramático, cuyo diploma obtuvo en 1958. Entre 1959 y 1962 continuó su formación en la Juilliard School of Music de Nueva York con profesores prestigiosos como Anthony Tudor, José Limón y Mary Hinkson. Pina Baush fue contratada luego por el New American Ballet y el Metropolitan Opera de Nueva York.
Al regresar de Estados Unidos fue miembro del nuevo ballet Folkwang, en el cual firmó su primera coreografía, 'Fragmento', basada en una música del compositor húngaro Bela Bartok, en 1968. Un año después fue nombrada directora artística, además de su trabajo de coreógrafa y bailarina.
Desde 1973 Pina dirigía, en la cuenca industrial del Ruhr, la compañía-ballet Tantztheater Wuppertal, que tuvo un enorme éxito internacional. Era invitada regularmente en el extranjero. Desde hacía 30 años, cada temporada era la estrella del Théâtre de la Ville de París, donde se agotaban las entradas cada vez que bailaba el Tanztheater Wuppertal.
En 1998, Pina Bausch organizó por primera vez una fiesta en Wuppertal, con amigos y artistas del mundo entero, para celebrar los 25 años de su compañía.
Paralelamente a su trabajo creativo, Pina Bausch interpretó un papel en el filme del director italiano Federico Fellini “E la nave va” en 1982, y repitió la experiencia en el largometraje del director de cine español Pedro Almodóvar “Hable con ella”, en 2001. También Bausch dirigió una película titulada “La queja de la emperatriz” en 1990.
La compleja relación entre hombres y mujeres fue un tema reiterativo de sus piezas, a lo largo de toda su carrera. Su destreza radicaba en mostrar las debilidades de ambos géneros, mujeres y hombres como víctimas y victimarios. Ya sus primeras coreografías, aún las más tradicionales, basadas en grandes textos de la literatura mundial o piezas musicales, dejaban entrever que algo nuevo estaba surgiendo. La artista expresaba los temas existenciales como la vida y la muerte a través de imágenes visionarias y de una fuerza arcaica inusual para la época. A partir de ese momento dejó de contar una historia, para contar varias historias pequeñas sobre el amor y la ternura, la soledad y el poder. Durante toda su carrera Pina Bausch se atrevió a ir más allá de las convenciones fijadas y experimentó con improvisaciones de free-jazz, balletts sobre canciones de moda o coreografiando música de Bertolt Brecht y Kurt Weill.
En Wuppertal creó más de 30 coreografías, muchas de ellas en cooperación con instituciones culturales de otros países. Consideraba imprescindible viajar, en el sentido más amplio de la palabra: tanto dentro de sí, como explorando otras culturas. Fue famosa por la energía con la que se lanzaba en estos viajes exploratorios. Por ejemplo, en Los Angeles, preparando "Nur Du" (Solamente tú, 1996), visitó clubes de música salsa, bares de strip-tease, un club de boxeo y un templo budista. Pina Bausch no pretendía hacer la réplica exacta de un determinado lugar, sino más bien reflejar las impresiones recogidas por ella y sus bailarines. “No me interesa cómo se mueve el ser humano, sino aquello que lo conmueve”, explicaba.

A lo largo de su carrera, Pina Bausch se alejó mucho del ballet clásico, que fue su punto de partida, para desarrollar un lenguaje corporal propio y convertirse en la principal referente en materia de teatro-danza, a nivel mundial. Redefinió por completo el género y fusionó actuación, danza moderna y musical en un estilo nuevo y demostró que cada uno de nosotros puede ser un bailarín.

Publicado por
Alberto Peyrano (Buenos Aires, Argentina)

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