El célebre arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, de 101 años de edad, se ha recuperado dentro de lo previsto y comenzó a respirar sin ayuda de aparatos, tras ser operado para extirparle un tumor intestinal, informó el viernes el médico que lo atiende. El doctor Fernando Gjorup, del Hospital Samaritano de Rio de Janeiro, dijo que la situación de Niemeyer es estable y se recupera de manera positiva.
El centenario arquitecto permanece bajo observación médica y aún no hay previsión de salida de la unidad de cuidados intensivos, donde permanece desde la operación del miércoles, dijo el médico a través de la oficina de prensa del hospital.
Niemeyer había sido internado la semana pasada en el hospital para una evaluación médica que detectó un cálculo de vesícula, que fue removida en una intervención quirúrgica. Mientras estaba internado, fue sometido a una nueva operación para remover un tumor intestinal.
Pese a su avanzada edad, Niemeyer se mantiene activo profesionalmente y tiene en marcha un conjunto de edificios en la ciudad de Niteroi, vecina de Rio de Janeiro.
En 2006, el arquitecto estuvo internado durante 11 días después de sufrir una caída que lo llevó a ser sometido a una cirugía.
Este arquitecto brasileño es uno de los principales exponentes del movimiento moderno en Latinoamérica. El marcado carácter plástico de su obra se pone de manifiesto en la utilización del hormigón para obtener volúmenes arquitectónicos de una gran riqueza formal a la vez que incorpora los valores poéticos propios de las cultura de su país. Junto al arquitecto brasileño Lúcio Costa es responsable de la planificación y construcción de la ciudad de Brasília.
Nació el 15 de diciembre de 1907 en Río de Janeiro. Después de graduarse en 1934 en la Escuela Nacional de Bellas Artes de su ciudad natal, comenzó a trabajar con Lúcio Costa, una de las principales figuras de la vanguardia en Latinoamérica. Ambos acometieron las obras del Ministerio de Educación de Río (1936) junto al gran maestro del movimiento moderno, el arquitecto franco-suizo Le Corbusier, que dejaría una profunda huella en ambos. En 1939 realizaron el pabellón brasileño para la Feria Mundial de Nueva York, y en 1943 la residencia Peixoto.
En 1941 Juscelino Kubitschek de Oliveira, alcalde de Belo Horizonte, le encargó la construcción de una serie se edificios en los suburbios de esa ciudad. El resultado fue un magnífico conjunto en el que la pintura y al escultura se integran de forma magistral con la arquitectura, en un estilo muy personal e imaginativo (bóvedas parabólicas y muros inclinados) alejado del racionalismo imperante. Uno de los edificios es la polémica iglesia de San Francisco, tan radical en su estructura que su consagración se pospuso 16 años después de su finalización en 1943. Niemeyer representó en 1947 a Brasil en la realización del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York.
En la década de 1950 otra vez Kubitschek de Oliveira, pero ya como presidente de Brasil, lo nombró asesor de Nova Cap, organización encargada de fundar la nueva capital del país, Brasilia. Bajo su consejo se decidió convocar un concurso nacional para las trazas urbanísticas del proyecto que ganó Lúcio Costa. El propio Niemeyer es autor de varios edificios entre los que cabe reseñar el Supremo Tribunal Federal, el palacio de la Alvorada, la capilla presidencial y la famosa catedral metropolitana, de planta circular, que posee una imagen muy expresiva marcada por una serie de nervios de hormigón que ascienden hacia el centro. También es obra de Niemeyer el centro neurálgico de la ciudad de Brasilia, la plaza de los Tres Poderes, un amplio espacio urbano rodeado por los edificios del Parlamento.
A partir de 1960 ha trabajado indistintamente en su país y en el extranjero, realizando diversos conjuntos arquitectónicos en Alemania, Gran Bretaña, Italia, Argelia o Francia, entre otros países. Algunas de sus obras más destacadas durante estos años son la Universidad Constantina en Argelia, una biblioteca y una residencia de estudiantes en Oxford, Gran Bretaña, la embajada de Brasil en La Habana, Cuba, el Yacht Club en Río de Janeiro y el Ministerio de Defensa en Brasilia. También es obra suya el Memorial de América Latina, un inmenso centro cívico de ocho hectáreas inaugurado en 1989 en São Paulo. A lo largo de su dilatada carrera ha obtenido numerosos galardones entre los que destacan el Premio Lenin de la Paz (1963), el Premio Pritzker (1988) y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1989).
Publicado por Alberto Peyrano
Buenos Aires, Argentina
En la década de 1950 otra vez Kubitschek de Oliveira, pero ya como presidente de Brasil, lo nombró asesor de Nova Cap, organización encargada de fundar la nueva capital del país, Brasilia. Bajo su consejo se decidió convocar un concurso nacional para las trazas urbanísticas del proyecto que ganó Lúcio Costa. El propio Niemeyer es autor de varios edificios entre los que cabe reseñar el Supremo Tribunal Federal, el palacio de la Alvorada, la capilla presidencial y la famosa catedral metropolitana, de planta circular, que posee una imagen muy expresiva marcada por una serie de nervios de hormigón que ascienden hacia el centro. También es obra de Niemeyer el centro neurálgico de la ciudad de Brasilia, la plaza de los Tres Poderes, un amplio espacio urbano rodeado por los edificios del Parlamento.
A partir de 1960 ha trabajado indistintamente en su país y en el extranjero, realizando diversos conjuntos arquitectónicos en Alemania, Gran Bretaña, Italia, Argelia o Francia, entre otros países. Algunas de sus obras más destacadas durante estos años son la Universidad Constantina en Argelia, una biblioteca y una residencia de estudiantes en Oxford, Gran Bretaña, la embajada de Brasil en La Habana, Cuba, el Yacht Club en Río de Janeiro y el Ministerio de Defensa en Brasilia. También es obra suya el Memorial de América Latina, un inmenso centro cívico de ocho hectáreas inaugurado en 1989 en São Paulo. A lo largo de su dilatada carrera ha obtenido numerosos galardones entre los que destacan el Premio Lenin de la Paz (1963), el Premio Pritzker (1988) y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1989).
Publicado por Alberto Peyrano
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