sábado, 17 de octubre de 2009

COMENTANDO FÚTBOL por Raquel Luisa Teppich



Ricardo Bochini

"Hoy se usa la palabra ídolo para cualquier cosa"

Un Bocha auténtico. Se lamenta porque en Independiente se perdió el paladar negro, repasa sus hazañas, evoca las horas que tardaba desde Zárate a Avellaneda y cuenta que aún no encontró su lugar. Reproducimos a continuación una nota publicada en la edición de junio 2009 de la revista El Gráfico.

1 Si en tu época hubiera existido Hair Recovery, ¿habrías ido?

Cuando yo jugaba no había trasplantes de pelos, pero a los 24 años, más o menos, probé con unos masajes capilares, con shampoo especial y vibraciones y esas cosas.

2 Pedido de captura de Interpol para esos muchachos.
No, no (risas), lo que pasó en realidad es que me faltó constancia a mí. Y en un momento me resigné. (ALGO GANÓ. Posó para El Gráfico con todas las Copas.)

3 ¿Qué recordás de la foto que abre esta nota?
El Gráfico en ese momento buscaba promesas de las Inferiores, yo estaba en la séptima, y Fernando Bello, el ex arquero, era el coordinador del fútbol amateur y me señaló a mí. Fue mi primera foto en un medio de Buenos Aires. La hicimos en la cancha de Arsenal y salió con una fichita personal con mis datos, bajo el título “Recuérdelo”.

4 ¿Qué hubiera sido de tu carrera si en Villa Dálmine aceptaban los requerimientos de tu viejo?
Yo que sé, nunca lo pensé. Según me contaron, Villa Dálmine me quiso fichar cuando era un pibe y entonces mi viejo pidió trabajo para él y alguna changuita para mí en la fábrica. Como dijeron que no, seguí jugando en mi ciudad.

5 Y en un momento te fuiste a probar a San Lorenzo.
Sí, encima yo era hincha de San Lorenzo por herencia. En Zárate había un conocido que tenía contactos y fuimos con mi viejo a ver a Diego García, que estaba a cargo de las Inferiores, con una carta. No me acuerdo bien qué pasó, creo que el portero nos dijo que lo esperáramos por una puerta y el tipo entró por otra o algo así, pero el tema es que pasaron tres horas, nos mandaban de uno a hablar con otro, y de ese otro con otro, y al final se hizo de noche y nos volvimos a Zárate con una bronca bárbara. Tenía 15 años y sufrí una gran decepción: no llegaron ni a ver cómo jugaba.

6 ¿En Boca sí te llegaste a probar?
Sí, unos meses después de lo de San Lorenzo. Ahí fui a La Candela con un tío mío que vivía en Buenos Aires. El padrino de mi tía conocía a Armando, el presidente, y fuimos a la prueba con una nota de él. Me pusieron 20 minutos y me sacaron, porque había muchos pibes. Y le dijeron a mi tío que debía rendir mucho más y que era muy flaquito. Fue otra decepción; por suerte la tercera fue la vencida, en Independiente: ahí Nito Veiga me probó más tiempo y hasta me hizo patear un penal.

7 ¿Eras hincha fanático de pibe?
Normal, no era de gritar los goles, me gustaba escuchar los partidos por radio cuando transmitían a San Lorenzo. Y si no lo transmitían, igual escuchaba la información. Había uno que decía: “Estalla el Gasómetro de Avenida La Plata, hay gol de San Lorenzo”. Yo en general jugaba en mi club, Belgrano de Zárate, los sábados; y entonces los domingos almorzaba, dormía una siesta y me levantaba para escuchar los partidos.

8 ¿A quién admirabas?
A Sanfilippo, al Toti Veglio, a Rendo. También me gustaban los de otros equipos que jugaban bien, como Ermindo Onega, Rojitas, y Pelé, claro, con Brasil del 70.

9 ¿Cuánto tardabas en hacer el viaje Zárate-Avellaneda en las Inferiores?
Y... eran entre cuatro y cinco horas de ida y lo mismo de vuelta. Por suerte, me entrenaba a la tarde. Me levantaba temprano, me tomaba un colectivo en la puerta de casa, otro más hasta la estación, el tren a Retiro, subte a Constitución y de ahí el colectivo a Sarandí, donde practicábamos.

10 ¡Cinco boletos de ida y cinco de vuelta: un presupuesto!
No me quedaba nada para comer, a veces me morfaba un sánguche de milanesa en Retiro, de esos freídos con aceite dudoso. Me caían bastante pesados.

11 ¿Te colabas muchas veces?
Algunas. El club me pagaba un viático y con eso más o menos alcanzaba, a veces los amigos de Zárate juntaban entre todos y me daban. Me acuerdo de que en un momento dejaron de pagarme y no fui más al club, habrá sido durante 2 o 3 meses; hasta que un delegado del fútbol amateur, un tal Sobra, vino a Zárate a preguntar por qué había dejado de ir. En esos días, me había puesto a ayudar a mi viejo con un trabajo de albañilería (¡qué paradoja: luego, en el fútbol, se cansaría de levantar paredes). Le explicamos que no teníamos plata y ahí volvieron a pagarnos.

12 ¿La plata se la daban a vos o a tu viejo?
Yo tenía que pasar por la sede: en el cuarto piso me hacían un vale y después iba al primero y cobraba en la caja. Era nada, para los viajes. Yo venía martes, jueves y sábado, tres veces por semana. Encima, a veces, cuando volvía a la noche había campeonatos nocturnos en Zárate, en cancha de baby, con gente mucho más grande que yo, que daban patadas de lo lindo. Y me prendía.

13 ¿Nunca te pudriste y dijiste “me vuelvo”?
Esto duró un año y cuando terminaba, pedí que me consiguieran un lugar para vivir en Buenos Aires, porque otro año así no iba a aguantar. Ese primer año estuve a préstamo en Independiente con una opción de 400 mil pesos. Y mi condición fue que me dieran un lugar para vivir. Aceptaron y pagaron 8 cuotas de 50 mil pesos. La última, les dieron pelotas.

14 ¿Cuando vas a Zárate seguís siendo el Richard?
Los que me conocen de siempre, me dicen “Richard”; los nuevitos, “Bocha”.

15 ¿Tus hermanos viven en Zárate?
Sí, mis siete hermanos siguen allá. Éramos nueve en la familia, pero falleció uno en un accidente de auto. Hoy, uno está en la remisería, otro trabaja en la Municipalidad, otro es ayudante de Ricardo Rodríguez en Talleres de Escalada.

16 Si Horacio, tu hermano que jugó hasta la cuarta de Racing, llegaba a la Primera, ¿le hubieras pedido cambio de apellido?
No, incluso lo fui a ver a varios de sus partidos a la auxiliar de Racing y no hubo ningún problema. Es curioso: pero entre todos mis hermanos hay hinchas de San Lorenzo, de Boca y de River; de Independiente no hay ninguno.

17 ¿De qué trabajaste de chico?
En un local que vendía lana, en Zárate. Pasaba el trapo a la vidriera, los picaportes de las puertas con Brasso, limpiaba los baños, los inodoros, todo. Pero más jodido fue cuando vine acá y trabajé en una curtiembre. Ya estaba en Inferiores y el laburo me lo consiguió un dirigente. Vivía en el club, salía a las 8 de la mañana, caminaba 7 cuadras para tomar el colectivo en Pavón y me iba hasta Valentín Alsina. ¡El frío que chupaba! Y encima era un trabajo feo: planchaba cueros, los mojaba, los llevaba.

18 ¿En qué año hiciste la colimba?
En el 75. Yo había debutado en Primera en el 72; ya era campeón del mundo, pero igual la tuve que hacer. Incluso durante la instrucción me pasó algo curioso: un miércoles a la noche jugábamos contra Boca, yo estaba concentrado en el hotel con el equipo y me avisaron que tenía que presentarme en el cuartel. Pensaba que iba y volvía enseguida. Pero no, durante una hora y media tuve que hacer salto de rana y carrera march, y a la noche no me podía ni mover, estaba todo duro. Perdimos 2-0 y fui un desastre.

19 ¿Tuviste que hacerla todo el año?
En la instrucción, que duró un par de meses, tenía que ir casi todos los días; después la pude manejar mejor. Encima, había un sargento de Racing que me volvía loco. Ese año me pelaron.

20 ¿Qué recordás del “equipo fantasma”?
Había que jugar contra Bolivia por las Eliminatorias del 74 y se armó un equipo de jóvenes que estuvimos un mes yirando por el norte para adaptarnos a la altura. Anduvimos por Tilcara, La Quiaca, cruzamos a Bolivia, hasta llegamos a jugar en Cusco, Perú. Después, cuando llegó el partido con Bolivia, muchos quedamos afuera. Yo entré un rato, pero me acuerdo de que Fillol, que había estado todo el mes, los quería matar a todos, cuando pusieron a Carnevali.

21 Alguna anécdota.
Viajábamos a 3.000 metros de altura, en Bolivia, y la rueda del colectivo iba por el precipicio, porque el camino era angosto. Un peligro tremendo, sufría como loco. Otro día nos dicen: lleven frazadas para el viaje, porque el colectivo no tiene calefacción. El chofer abría las puertas para desempañar los vidrios y no alcanzaban ni cinco frazadas. Hicimos todos los viajes en micro, jugábamos contra los combinados de las ciudades, les ganábamos y cobrábamos por triunfo.

22 ¿Qué estás haciendo hoy en la AFA?
Observo jugadores. Formo parte del proyecto de los Centros de Alto Rendimiento que encabeza el Profe Salorio. Con Oscar Garré viajamos por Buenos Aires y el Interior; voy dos veces por semana a distintos puntos de la provincia: observamos chicos y a los que les vemos condiciones los citamos para una prueba en Rauch, que es donde pusieron uno de los Centros. El que me trajo fue Julio Grondona, ya llevo varios meses trabajando.

23 ¿Cómo te ponés de acuerdo con Garré?
Como jugadores no tenían la misma sensibilidad, precisamente. Cada uno va por su lado, a un pueblo distinto. Yo viajo mucho con Horacio Rodríguez, el que jugó en River y Estudiantes, y que maneja el centro en Rauch.

24 ¿Qué mirás en los chicos?
Les tenés que ver los movimientos, la rapidez para llegar a la pelota, para moverse, la inteligencia para dársela a un compañero mejor ubicado. Todo depende del puesto: en un enganche mirás si tiene visión para jugar; en un delantero, cómo define; en un defensor, cómo cierra o anticipa.

25 ¿Qué precauciones tomás para que no te pase lo que te pasó a vos o a otros grandes futbolistas, que fueron bochados en diferentes clubes?
Nada es infalible, porque además puede pasar que un chico tenga un nivel en cierto momento y luego dé un salto de calidad. Igual, si le vemos condiciones técnicas a un pibe, aunque sea chiquito de físico, lo fichamos.

26 ¿Siguen saliendo chicos, a pesar de que cada vez hay menos potreros?
Siempre salen, pero no la misma cantidad que en nuestra época. Y eso se nota en las selecciones juveniles: cada vez cuesta más encontrar a los muy buenos. Hoy los pibes tienen miles de cosas más para hacer. Para nosotros, en cambio, era fútbol, y fútbol, no había ni tenis, ni computadoras, ni Play Station, era todo el día detrás de una pelota.

27 ¿El 10 es una especie en vías de extinción?
Lo mismo que te decía recién: salen, pero no es la cantidad de antes; aparte, porque los equipos ya no buscan tanto esa posición, en Inferiores muchas veces juegan sin enganche. Y si no salen de Inferiores, no van para Primera.

28 ¿Quién fue el jugador más parecido a vos, desde que te retiraste?
Gallardo. Encara, mete buenas pelotas, me gusta el Muñeco.

29 ¿Quién es el mejor 10 de la actualidad?
De los de afuera, Kaká, porque Messi es delantero. Y de acá, Riquelme y Gallardo, si se pone bien.

30 ¿Te gusta Messi?
Me encanta, claro. Ahora, que llegue al nivel de Diego es difícil, aunque sin duda es el que más se acercó.

31 ¿Con Maradona y Bilardo tenés contacto en la Selección?
Con Diego todavía no hablé y con Carlos charlamos seguido.

32 ¿Quedó resentimiento con Bilardo por el Mundial 86?
Ahí hubo cortocircuito. Para nada, estamos bien. El cortocircuito fue en su primera convocatoria, porque en el 83 yo anduve muy bien, me dieron el Olimpia, y él no me convocó, recién lo hizo para la gira del 84 por Europa, y yo estaba medio chivo por eso. El decía que no iba a llegar al Mundial porque estaba grande, pero también citaba a Morete, Trossero, Marangoni, Sabella, todos de mi edad. Después me citó y acepté, porque la verdad es que uno puede tener problemas con un técnico, con un compañero o lo que sea, pero la Selección está por arriba de cualquier cosa. Eso es cierto, por lo menos para mi manera de pensar.

33 ¿Al Mundial te llevó por la presión de la gente y de Grondona?
Un poco por la presión de la gente y del periodismo, porque estaba jugando muy bien. Y también porque en esa gira del 84, en la que casi le hago un gol de media cancha a Alemania, tuve muy buenos partidos y Bilardo se convenció de que podía jugar tranquilamente. Era una alternativa más: estaban Borghi, Tapia y Trobbiani para el puesto; Carlos había dicho que se iba a necesitar tener la pelota por la altura del DF y por eso llevó a varios jugadores de esas características.

34 Pero a la vuelta de México dijiste que no te sentías campeón del mundo.
Jorge Barraza, un periodista amigo que estaba en El Gráfico, me preguntó eso y yo le contesté que en los campeonatos que había ganado con Independiente jugaba de titular, metía goles, generaba otros y me sentía muy protagonista; en cambio, en el Mundial sólo había jugado unos minutos y por eso no lo sentía tanto.

35 ¿Entonces, te sentís campeón del mundo?
Sí, porque tengo la medalla y porque a pesar de haber jugado sólo seis minutos con Bélgica estuve en buena parte del proceso previo, igual que para el 78 con Menotti, con el que estuve tres años y me faltó un poquito para estar en la lista definitiva. Creo que tendría que haber estado más en el 78 que en el 86.

Publicado por Raquel Luisa Teppich
Mar del Plata, Argentina
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1 comentario:

Gustavo Tisocco dijo...

Bravo Raquel y su pasión futbolera...
Un abrazo Gus.