por Tesy Cariaga
En los años 1880 la Ciudad de Buenos Aires era, prácticamente, una gran Aldea ubicada sobre el puerto.
La gente buscaba diversión en los circos, donde los payadores criollos improvisaban con música de milonga criolla sus payadas. De más esta decir que el disco no se había inventado, ni la radio y menos aún la televisión, el único modo de escuchar música era en vivo, en presencia de los músicos, quines además tocaban de oído, no sabían leer música. Estos fueron nuestros primeros pasos hacia el Tango.
La mayoría de los habitantes que se distribuyeron en la zona del Río de la Plata eran inmigrantes que llegaban a estas tierras en busca de un futuro mejor, y dejaban en sus países a sus familias constituidas o a sus novias; fue éste el motivo por el que se originaron tantos burdeles, y se trajo para ese trabajo a mujeres francesas, italianas, españolas, polacas y alemanas. En realidad como la demanda era superior a la oferta los dueños de los burdeles, para que el cliente no se aburriera mientras esperaba satisfacer sus necesidades, contrataban grupos de músicos -en esa época los grupos eran formados por tríos: guitarra, violín y flauta, estos amenizaban la espera, y ejecutaban la música conocida del momento: polcas, habaneras, valses, chotís.
En una oportunidad, de la fila salieron dos clientes envueltos por la sensualidad de esa música y trataron de seguir el ritmo, fue tanto el éxito que los músicos tuvieron que repetir el tema, ignorando que había nacido el Tango.
Comencemos por establecer que el tango es la música característica de los porteños, de los que habitaban la ciudad de Buenos Aires.
Hay quienes vinculan el término tango al negro y, más precisamente al africano. Alguno pretendió compararlo incluso con el jazz. Si bien nacieron prácticamente en la misma época, este último es de origen netamente africano; los lamentos de los esclavos, los cantos religiosos, los blues fueron sus comienzos; el tango en cambio, nada tuvo de estos orígenes.
He aquí el primer tango "oficial" podríamos llamarlo, la letra es de Alfredo Gobbi (padre) y la música de Angel Villoldo, y fue escrito en el año 1903.-
EL PORTEÑITO
Soy hijo de Buenos Aires,
por apodo "El porteñito",
el criollo más compadrito
que en esta tierra nació.
Cuando un tango en la vigüela
rasguea algún compañero
no hay nadie en el mundo entero
que baile mejor que yo.
No hay nunguno que me iguale
para enamorar mujeres,
puro hablar de pareceres,
puro pico y nada más.
Y al hacerle la encarada
la filo de cuerpo entero.
asegurando el puchero
con el vento que dará.
Soy terror de los franelas
cuando en un baile me meto,
porque a ninguno respeto
de los que hay en la reunión.
Y si alguno se retoba
queriendo meterse a guapo
yo le encajo un castañazo
y a buscar quien lo engendró.
Cuando el vento ya escasea
le formo un cuento a mi china
que es la paica más ladina
que pisó el barrio del sur.
Y como caído del cielo
entra el níquel al bolsillo
y al compás de un organillo
bailo el tango a su salú.
No sólo están los que afirman que el tango procede de la habanera, otros establecen un parentesco con el tanguillo andaluz. El maestro Horacio Ferrer afirma que el tango es hermano y no hijo de las otras. Entre los primeros tangos podemos mencionar: “Dame la lata”, “El tero” y “Andáte a la Recoleta”.
A partir de esta época los peringundines, academias, salas de baile y otros locales de diversión comienzan a sucumbir a los encantos de esta danza original, que se va extendiendo inexorablemente, es entonces cuando tuvo lugar el comienzo de la enorme producción de tangos.
© Tesy Cariaga
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