Miles de personas de todo el mudo, por iniciativa del empresario suizo Bernard Weber, eligieron a las siete maravillas de la naturaleza, entre las que se encontraron el río Amazonas y las cataratas de Iguazú de Latinomaerica, además de la bahía de Halong (Vietnam), Komodo (Indonesia), la isla de Jeju (Corea del Sur), la montaña Mesa (Sudáfrica) y el río subterráneo de Puerto Princesa (Filipinas).
Según lo informó el portal new7wonders.com, la votación se hizo por internet, teléfono y mensajes de texto y se eligieron entre 28 candidaturas escogidas por un panel de expertos después de analizar 450 bellezas naturales de todo el planeta.
De las 28 finalistas, siete candidaturas procedían de América, cinco de Europa, dos de África, tres de Oceanía y once de Asia.
Por su parte, Bernard Weber, fundador de New Open World Corporation, agradeció el apoyo a la iniciativa e indicó que las personas que votaron “se preocupan por algo que es muy importante para todos nosotros: nuestra casa, la Madre Tierra”.
Las cataratas del Iguazú, ubicadas en tercer lugar en el resultado, se localizan en la provincia de Misiones, en el Parque Nacional Iguazú, Argentina, y en el Parque Nacional do Iguaçu del estado de Paraná, Brasil; asimismo, están próximas a la frontera entre Paraguay y Argentina, a solo 13,8 km en línea recta. El 11 de noviembre de 2011 fueron elegidas provisionalmente como una de las «Siete maravillas naturales del mundo».
Estas cataratas están formadas por 275 saltos de hasta 80 m de altura, alimentados por el caudal del río Iguazú. Se pueden realizar paseos en lancha, bajo los saltos, y caminatas por senderos, apreciando algunos animales de la selva semitropical. Un espectáculo aparte es su salto de mayor caudal con 80 m, también el más alto: la garganta del Diablo, el cual se puede disfrutar en toda su majestuosidad desde solo 50 m, recorriendo las pasarelas que parten desde Puerto Canoas, al que se llega utilizando el servicio de trenes ecológicos. Por este salto pasa la frontera entre Argentina y Brasil.
En el año 1542, mientras realizaba una travesía desde el océano Atlántico hasta Asunción del Paraguay, Alvar Núñez Cabeza de Vaca divisó las sorprendentes cataratas del río Iguazú y las bautizó como «saltos de Santa María», nombre que con el tiempo fue reemplazado por su primitiva denominación guaraní Iguazú (antigua ortografía de yguasu 'gran cantidad de agua', de y 'agua' y guazú 'grande').
Por entonces la región era habitada por indígenas de la etnia mbyá-guaraní, quienes alrededor de 1609 comenzaron a vivir el proceso evangelizador protagonizado por los sacerdotes jesuitas de la Compañía de Jesús, quienes desarrollaron en la región una experiencia única en Latinoamérica: la conformación de un sistema reduccional que llegó a contar con 30 pueblos distribuidos en las regiones del Tapé y el Guayrá (actualmente sur de Brasil y Paraguay, toda la provincia argentina de Misiones y parte del norte de Corrientes).
Las cataratas de Iguazú se hallan dispuestas en una forma que parece una gran J inversa. En la margen derecha se encuentra el territorio brasileño, el cual posee poco más de un 20% de los saltos de dichas cataratas; y del lado izquierdo se hallan los saltos argentinos, los cuales conforman casi un 80%. Para conocer completamente y apreciar del todo estas cataratas, la recomendación es visitar tanto el lado argentino como el brasileño, porque de un lado se aprecia panorámicamente el otro, y viceversa. Los que conocen han dicho que “desde Brasil se ven las cataratas, y desde Argentina se viven”. Sin embargo, uno se mueve entre los saltos del lado argentino, no sólo en las pasarelas que permiten casi tocar el agua, sino también en los paseos en lancha, que permiten ir hasta al lado de las impactantes caídas de agua, e incluso, se puede adentrar hasta la mismísima Garganta del Diablo, si se parte en lancha desde territorio argentino.
Fuente informativa: Wikipedia
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