miércoles, 4 de noviembre de 2009

REFLEXIONES DE UN ACTOR X: (¡Poder volver hace feliz mi partida!) por Adrián Di stefano



Ayer estuve cenando con mis amigos egresados del Colegio Mariano Acosta. En unos días lo haré con mis amigos del Club G.E.V.P. A unos y otros los conozco desde hace más de 40 años.

¿Por qué comienzo esta reflexión contando esto? Porque en menos de un mes viajo a Barcelona, España, invitado por distintas agrupaciones que trabajan en actividades culturales y comunitarias, a llevar mi arte y compartir mi experiencia de veinticinco años en apoyo a la Educación a través del teatro.

¿Y qué tiene de llamativo?

Que voy a estar más de un mes alejado de mi familia, de mis amigos, de mi Patria.

Viajé y espero poder seguir haciéndolo porque me apasiona viajar. ¡Pero sabiendo que voy a volver!

En Romeo y Julieta, el desdichado joven dice: “El exilio es otra forma de la muerte”. Muchos europeos en la historia reciente lo sufrieron. Muchos compatriotas también. Y una vez más la proximidad de una partida me potencia un sentimiento.

Alguna vez titulé un escrito diciendo que me sentía “orgulloso de ser argentino”. ¡Cómo no expresarlo nuevamente! Porque formo parte de una comunidad imperfecta, inmadura, llena de defectos, contradicciones, sinsabores y todo lo que se pueda agregar. ¡Pero soy Argentino!

Y si hay un paraíso, este es el mío. El lugar de mis afectos, de mi familia, de mis amigos. Las autoridades inmigratorias, celosas de mis intenciones, me van a solicitar una carta de invitación y un compromiso de salida, preocupados tal vez porque que me quiera quedar.

Ésta es mi Carta de Presentación. Me emociona poder conocer mi Madre Patria. Porque de su sangre (aunque la mía italiana) se forjó mucho de la grandeza de mi nación. Sumado a la esencia y la raíz de esta tierra. Pero una Patria es su suelo, su gente, su genuino sentimiento de amor inalterable e insustituible y este me nace compartirlo y expresarlo con la humildad de una simple y sola voz.

De lejos se aprecia más y se valora. La ausencia nos provoca la nostalgia de lo más querido. Yo aún no me fui y ya estoy extrañando. Aún no volví y ya disfruto del reencuentro. Mis padres, desde lejos, me señalan el camino.

Mi familia y mis amigos y mi patria, son las marcas que en mi alma me acompañan donde vaya y me señalan el sendero del regreso. Y como estrellas me guían para poder despertar de este sueño que mientras dure será la más hermosa realidad que Dios me pudo haber permitido y regalado. Y yo sólo y simplemente soy un humano profundamente agradecido.

Publicado por Adrián Di Stefano
Buenos Aires, Argentina
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