Ha muerto Walter Vidarte. Y con su partida, Uruguay, Argentina y España llevan hoy un crespón de luto en su corazón, pues se siente ya la ausencia de uno de los más grandes actores de todos los tiempos.
El actor falleció ayer en la Clínica de la Concepción de Madrid, a consecuencia de un cáncer de páncreas diagnosticado recientemente.
Su nombre suena desde muy temprano en mis recuerdos, tal vez desde su primera interpretación cinematográfica junto al gran Narciso Ibáñez Menta, en “Procesado 1040”. Su personaje de “el Zorrito” sería el puntapié inicial para ir descubriendo a un gran actor de aquilatados méritos, que supo siempre salir airoso de cualquier rol que le tocara interpretar.
Efectivamente, desde la mencionada película de 1958, hasta su última labor en la Argentina (“Quebracho”, 1974), sus dieciséis años de trabajo en nuestro país marcaron una huella inolvidable que se constituyó en modelo a seguir para actores y estudiantes de arte escénico y en recordados –y nunca agotados- aplausos de un público cautivado por su entrega y su dedicación.
Luego vendría el exilio, motivado por las amenazas de la Triple A, y el puerto final para su creativa barca sería España, donde nunca le faltó trabajo y donde permaneció hasta el final. En su larga trayectoria prevalecen logros de un actor magistral que logró sinceros aplausos al ritmo incansable de una inmensa creatividad que lo perfiló como uno de las más grandes y necesitadas figuras sobre el escenario y la pantalla.
Había nacido en Montevideo, el 18 de julio de 1931. En esa ciudad estudió teatro en la Escuela de Arte Dramático y muy pronto integró la Comedia Nacional Uruguaya. En 1958 se trasladó a la Argentina, donde fue discípulo de Margarita Xirgu, quien lo adopta como alumno dilecto y le guía con mano magistral, y en ese mismo año lo vemos debutando en “Procesado 1040”.
Tanto en el teatro como el cine le cupo en suerte interpretar muchos y muy variados personajes inolvidables de obras clave de la historia del siglo XX.
En los últimos años sus interpretaciones se produjeron en los teatros nacionales de España. El María Guerrero y el Valle Inclán fueron sus escenarios de despedida.
FILMOGRAFÍA DE WALTER VIDARTE EN ARGENTINA
1959: “Procesado 1040” y “Gringalet”
1960: “Luna Park” y “La Patota”
1961: “Alias Gardelito”, “El Romance de un Gaucho” y “Tres veces Ana”
1962: “Hombre de la Esquina Rosada” y “Los Venerables Todos”
1964: “Los evadidos” y “Circe”
1965: “Nadie oyó gritar a Cecilio Fuentes”, “Orden de matar” y “Los hipócritas”
1966: “Vivir es formidable” y “Una máscara para Ana”
1968: “Martín Fierro”
1969: “El Dependiente” y “Quiero llenarme de ti”
1970: “El habilitado”
1971: “Y que patatín y que patatán” y “Santos Vega”
1972: “Operación masacre”
1974: “Los golpes bajos”, “La tregua” y “Quebracho”
© Alberto Peyrano
Buenos Aires, Argentina
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