miércoles, 22 de junio de 2011

Entre Elixires, Mandalas y Reiki

En la hermosa tarde del 20 de junio, Lucrecia Catanzano presentó los “Elixires Áuricos de Sanación”, su libro de mandalas “Al-Kimia” y su nueva técnica de “Reiki Inlakesh”.



El evento tuvo lugar en el Salón del Parque de las Naciones Vinelli, de la localidad de Guernica (Pcia.de Buenos Aires).


Los Elixires Áuricos de Sanación fueron logrados a través de una conjunción de flores, minerales, aromaterapia, agua y luz de sol.. Tienen como objetivo armonizar la vida psíquica y estimular la vitalidad. La serie producida se compone de tres partes. La primera está destinada al Hombre, la Mujer y el Niño (éste último con tres esencias diferentes). Luego sigue una combinación para purificación y sellado áurico, y por último un limpiador, armonizador y activador de los chakras.


El libro “Al-Kimia” está compuesto por una serie de mandalas diseñados por la misma autora, tienen como base el diseño de la mariposa, símbolo de transformación. Aclaremos que el mandala es un diseño por lo general circular, teniendo como objetivo la concentración del sujeto en su centro para ir logrando, paulatinamente, la iluminación y la transformación personal. Cada mandala se corresponde a la vez con una gema y una runa, facilitando con ello ejercicios destinados a alcanzar la alquimia interior.


El “Reiki Inlakesh” es una nueva técnica de esta disciplina, cuyo objetivo es la integración del ser con los demás. Su nombre en sánscrito significa “Yo soy tú y tú eres yo”, por lo cual el propósito perseguido es que todos seamos uno para sentirnos participantes y a la vez elementos necesarios, únicos e irrepetibles de la Creación.


Los productos fueron presentados en un grato clima donde la espiritualidad de los presentes se elevó a través de mantrans entonados por Lucrecia y coreados por el público. También se hizo presente la danza, esta vez en profundo color azul, dedicada al Arcángel Miguel. La reunión terminó con un emotivo brindis para el cual se sirvió un delicioso vino acompañado de sandwichitos. Emociones, abrazos y emotivos reencuentros fueron el broche de oro de la tarde.
Desde esta columna, auguramos para Lucrecia Catanzano el mayor de los éxitos con este noble y luminoso emprendimiento.


© Alberto Peyrano .


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