lunes, 23 de noviembre de 2009

HOY RECORDAMOS A...




BORIS KARLOFF


Al interpretar, en 1931, la legendaria criatura de “Frankenstein”, Boris Karloff se consagró como un inmortal mito del cine de terror, juntamente con Lon Chaney y Bela Lugosi. Estos íconos del horror dejaron su nombre en la historia por sus geniales interpretaciones en las décadas de 1920, 30 y 40, y sumados a Vincent Price, Peter Cushing, John Carradine y Christopher Lee (el único que todavía vive), los últimos a partir de la década del 50, construyeron las bases del género en el cual permanecerían para siempre.

Boris Karloff nació el 23 de noviembre de 1887, en el suburbio londinense de Camberwell. Bautizado como William Henry Pratt, su familia estaba compuesta por siete hermanos y una hermana mayores y sus padres murieron cuando él todavía era un niño.

En 1909 viajó a Canadá, desempeñó allí tareas rurales pero se fue con una compañía de teatro, comenzando así su carrera actoral. Fue también en esa época donde creó su nombre artístico tan conocido por el público. Según él, el apellido Karloff provenía de sus antepasados rusos por el lado materno y Boris fue elegido al azar.

Trabajó en teatro y radio hasta que finalmente en 1919 y ya con 32 años, actuó en su primera película: "His Majesty, the American", muda, donde sin estar acreditado Karloff aparece apenas como un personaje de reparto en una historia de aventuras.

A partir de allí, actuó en otras 48 películas mudas y 15 sonoras hasta consagrarse, en 1931, actuando como el monstruo creado por el Doctor Víctor Frankenstein, una criatura formada a partir de restos de cadáveres humanos, clásico de todos los tiempos dirigido por James Whale, una película que en principio sería dirigida por Robert Florey y protagonizada por Bela Lugosi (que había protagonizado recientemente a “Drácula”) pero que por cambios de última hora la protagonizó Boris Karloff, figurando en el reparto solamente como Karloff -Florey y Lugosi terminaron haciendo “Asesinatos en la calle Morgue”, basada en un relato de Edgar Allan Poe).

Contando con la ayuda importante del maquillador de la Universal, Jack Pierce, la criatura de Frankenstein se tornó aterradora y fascinó al público. Fue un gran éxito de boletería y recaudó cerca de 12 millones de dólares, superando con creces la modesta producción original de 250.000 dólares. A partir de este trabajo Boris Karloff entró en el mundo de las celebridades debido a los papeles siempre misteriosos y aterrorizantes que lo acompañaron hasta el fin de sus días.

Actuó en la pantalla a lo largo de cincuenta años. Trabajó bajo la dirección de algunos de los nombres más grandes del cine estadounidense, como Mervyn LeRoy, Michael Curtiz, Raoul Walsh, James Whale, Howard Hawks o John Ford. Y también con muchos actores que fueron sus compañeros en historias fantásticas como Bela Lugosi o Lon Chaney Jr. Karloff quedó estigmatizado con el personaje de Frankenstein pero la fuerza que su nombre adquirió fue tal, que decir Karloff era decir terror, y muchos fueron los que se aprovecharon del valor comercial de tal asociación. Por eso, conocer un poco lo que está por detrás de ese hombre alto y pacífico, ayuda mucho a comprender la sensibilidad y la grandeza de su interpretación en la más perfecta versión cinematográfica de ese clásico del género que es “Frankenstein”.

A partir de allí fue muy requerido, principalmente por la Universal, y protagonizó otros clásicos, como "El caserón de las sombras " (1932), donde interpretó a un mayordomo mudo y asesino, “La momia” (1933), personificando a una momia egipcia de 3700 años que revive en Inglaterra. Y en el mismo año actuó en "El vampiro ", primer trabajo en una producción inglesa, interpretando a un profesor que muere y retorna a la vida como un zombie. Fue en 1935 que Karloff volvió al papel del monstruo en “La novia de Frankenstein”, otro éxito que superó -hasta hoy día- al original de 1931, cerrando la trilogía con “El hijo de Frankenstein” y nunca más volvió a actuar como la famosa criatura que lo inmortalizó.

A finales de la década del 30 y comienzos de los ’40, realizó varios filmes en la columbia interpretando a científicos locos en medio de macabras experiencias, como podemos apreciar en "El poder invisible " (1936), donde Karloff descubre un rayo poderoso que lo transforma en un asesino, "The Man They Could Not Hang" (1939), sobre un corazón mecánico, "The Man With Nine Lives" (1940), que tiene como tema la cura del cáncer por congelamiento, "Before I Hang" (1940), que trata sobre el rejuvenecimiento, "The Devil Commands" (1940), sobre investigaciones en las ondas cerebrales de personas ya fallecidas, y en "The Boogie Man Will Get You" (1942), donde el actor crea una máquina para transformar hombres en superhombres.

En 1944, en “La mansión de Frankenstein”, interpretó nuevamente a un científico trastornado que huye de la prisión y resucita a Drácula (John Carradine), al Hombre Lobo (Lon Chaney Jr.) y a la criatura de Frankenstein (Glenn Strange), desarrollando un argumento muy curioso que juntaba a los monstruos más famosos del cine.

En esta década del 40, todavía Karloff haría una serie de películas para la RKO asociado con el productor Val Lewton. El resultado fue una serie de pequeñas obras maestras de terror como “El ladrón de cadáveres” (1945) con Bela Lugosi (el último trabajo de ellos dos juntos), "La isla de la muerte" (1945) e "Bedlam" (1946).

Los años 50 fueron decepcionantes para el actor, sin ninguna película importante. Hizo algunos trabajos de humor negro con el dúo Abbott e Costello, y en 1958 interpretó al científico en “Frankenstein 1970” donde el actor Mike Lane personificaba allí a la criatura.

En la década del 60 se convierte en uno de los actores predilectos del director Roger Corman y ruedan juntos varios filmes al lado de grandes actores como Basil Rathbone, Vincent Price, Peter Lorre y Jack Nicholson. De esa unión salieron grandes joyas del humor negro como “El cuervo” (1963), "La comedia de los horrores” y “El terror”, donde interpretó a un viejo barón recluido en un macabro castillo. En 1964 lo vemos en "Las tres caras del miedo", dirigido por el cineasta italiano especialista en horror Mario Bava, película dividida en 3 episodios donde Karloff aparece en uno de ellos como un vampiro. En 1965 hizo “Terror bajo tierra” basado en un relato de H. P. Lovecraft. Ya en 1968 protagonizó “Míralos morir”, personificando a un actor de películas de terror (su alter ego), dirigido por Peter Bogdanovich la última de sus películas importantes.

A partir de allí, bastante entrado en años, su estado de salud declinó notablemente, con graves problemas respiratorios que lo llevaron a la muerte el 2 de febrero de 1969, en Inglaterra, a los 81 años de edad. Aún después de su fallecimiento, varias películas fueron estrenadas en 1970-71, realizaciones que habían sido rodadas entre 1967 y 1968. “The Crimson Cult”, (1970) con Christopher Lee, otra historia de H. P. Lovecraft, y "El coleccionista de cadáveres " (1971) que habían sido rodadas con un Boris Karloff aprisionado en una silla de ruedas debido su precario estado de salud.

En 1971 fueron aún estrenados 4 películas mexicanas, donde Karloff había filmado su participación en Estados Unidos, siendo esas escenas posteriormente montadas en México. De esa serie que se tornó de culto, se destaca “House of Evil” donde interpretó a un viejo millonario que convoca a sus familiares para escribir su testamento. El último trabajo de la carrera de Karloff fue en la serie de televisión "The Name of the Game" con el episodio "The White Birch" en noviembre de 1968.

Siempre hizo comentarios cariñosos sobre su personaje emblemático. “Fue mi mejor amigo”, llegó a decir. Y aunque él consideraba que el papel del monstruo era fascinante, no siempre le gustó que aunaran su nombre con los clásicos del terror. Una vez le preguntaron si no le molestaba ser siempre identificado como “la criatura” de Mary Shelley. Respondió: “Frecuentemente estoy oyendo quejas de actores por haber sido identificados con la imagen de sus personajes. Si el actor es joven, lo rotulan como “juvenil”. Si es bonito, queda como protagonista. Yo tuve suerte. Mientras los fabricantes gastan millones para imponer una patente, a mí me ofrecieron un modelo registrado, sin contrapartidas. Cuando un actor es libre de elegir sus propios personajes nunca sabe al fin cuál es su especialidad o lo que sabe hacer mejor. Yo estoy seguro que sería muy bueno como el abuelo de “El pequeño Lord Fauntleroy”, ese entrañable clásico de Frances Burnett, pero ¿quién pagaría para verme?”

Con un total de 156 películas de varios géneros a lo largo de 50 años de carrera, además de aparecer aproximadamente 90 veces en 75 programas de televisión, toda esa vasta filmografía y sus grandes interpretaciones que hicieron historia, mantendrán viva su imagen de genio inmortal del horror.

Publicado por Alberto Peyrano
Buenos Aires, Argentina
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