lunes, 5 de diciembre de 2011

ANTONIONI, LA NOCHE Y LA FRAGILIDAD AFECTIVA


Esta peli es cosa seria, la volví a ver, y no puedo dejar de exclamar lo mismo una vez más: ¡esta peli es cosa seria!

Alguna vez Bergman confesó que veía cine constantemente y que había muchos directores muy buenos, pero muy pocos tenían algo que decir y justamente uno de los que puso por ejemplo fue a Michelangelo Antonioni, como que él sí tenía algo que decir... y yo agrego: y lo decía de una forma muy especial, con una capacidad plástica fuera de lo común, de acuerdo a mi perspectiva: junto con Kurosawa fue el estético más grande del cine de todos los tiempos.

Tanto a Kurosawa , como a Antonioni, les fascinaba la pintura, y solían antes de realizar alguna escena, bosquejarla en dibujos...

Bergman y Antonioni fallecieron el mismo día, se fueron tomaditos de la mano hacia el más allá... fue tremendo para el cine... si bien ambos estaban retirados, pese a eso,todavía estaban... Recuerdo que justamente en CineSeva habíamos hecho una reseña del cine de Antonioni, poco tiempo antes de que falleciera y luego nos dedicamos a homenajear a Bergman.

Bergman, Kurosawa, Antonioni...

Próceres inmensos, genios del cine, que ya no están...

Tristeza, nostalgia, y resignación...

Lidia y Giovanni son una pareja de la alta burguesía italiana, sin hijos, lo tienen todo en el aspecto material, pero están en lucha por la insatisfacción de sus vidas tanto en lo afectivo como en lo laboral. El enemigo fundamental es la rutina, como así también el hastío, la incomunicación que lenta y progresivamente va desactivando el amor... Jeanne Moreau, excepcional, y Mastroianni, contenido, distante, seductor, en el personaje de un escritor más famoso que profundo, con cierta inclinación al best seller pero lejos de la inmortalidad; ellos son piezas fundamentales en las que se sostiene el gran director para contar su historia. También están, en participaciones especiales, la singular Mónica Vitti, musa de Antonioni, y Bernhard Wicky como el amigo moribundo que es visitado en el sanatorio.

La obra es profunda, se basa en los gestos, las palabras, las actitudes, y no todo está explicado de punta a punta, queda la participación del espectador para integrarse tanto en la discusión como en captar todo ese mundo que es detallado en forma minuciosa, al describir ambientes, personas, esquemas, argumentos, ideas...


La desencadenante de la situación, la que menos conforme está con la misma, como suele suceder en la obra de Antonioni, y también en la vida real, es la mujer, Lidia percibe que la situación está al borde del fracaso y es testigo de como se desmoronan los afectos. Giovanni, en cambio, parece como resignado, adaptado al ajuste de las situaciones; buscando en otras alternativas lo que falta, más como complemente que como reemplazo. Ahí dejo...

La parte formal, como antes marqué, es fundamental, hay una belleza muy especial en algunas escenas, que se pueden ver y admirar más de una vez, ahí la fotografía de Di Vennanzo hace prodigios.

Film muy importante, con un tema universal que va más allá del tiempo y del espacio, que nos hace reflexionar incluso sobre nuestras propias vidas: no vemos, a veces, casi siempre, en la rutina algo tan peligroso como lo que es y representa en realidad. Cuidado...El distanciamiento, la incomunicación, el rompimiento del vínculo con la pareja, puede estar a la vuelta de la esquina. Sin que nos demos cuenta, incluso creyendo que todo está bien, que solamente es una simple etapa...

Y como toda obra que se puede tomarse como modelo o parámetro, bueno, resulta de un valor inmenso.

© Angel Capparelli
Buenos Aires, Argentina
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