lunes, 2 de enero de 2012

Ley Antitabaco en Buenos Aires

Una ley que prohibe en forma total fumar en lugares cerrados entró en vigor en la Ciudad de Buenos Aires desde ayer, por lo cual no podrán funcionar más los espacios exclusivos para consumo de tabaco que existían en algunos bares y restaurantes porteños.

Se trata de una ley que fue aprobada en diciembre de 2010 y que dio un plazo de un año para que los locales de expendio de bebidas y alimentos adecuen sus instalaciones con el objeto de cumplir con la norma.

Los salones para fumadores fueron construidos dentro de algunos locales gastronómicos a partir de 2005, cuando mediante el artículo 21 de la Ley 1799 de control de tabaco, se permitía la habilitación de áreas para fumar de más de 100 m2 con ciertos requisitos: en todos los casos, las áreas para fumadores debían estar señalizadas, apartadas de las zonas de paso, y tenían que contar con sistemas de purificación de aire.

De esa manera, los comerciantes se aseguraban la concurrencia de los clientes fumadores, incluso corrían con ventaja respecto de los que no contaban con salón exclusivo, pero al mismo tiempo ponía en riesgo a los trabajadores que estaban en contacto con el humo. Si bien la mayoría de los bares y restaurantes porteños ya habían cerrado estas áreas, ayer se cumplió el plazo establecido para prohibirlas definitivamente, por lo que ya no habrá excepción.

En el texto de la norma que entró en vigencia se establece la derogación en la práctica de una anterior autorización que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires había dado a los restaurantes y bares con una superficie superior a los 100 metros cuadrados a disponer lugares cerrados y con las condiciones mínimas para que los fumadores pudieran consumir tabaco.

La medida, apenas se sancionó el 14 de diciembre del año pasado, activó a los locales comerciales a desarmar esos espacios que se habían puesto en marcha en 2007, por lo que no se esperaba un masivo cambio de costumbre. Es que los fumadores, en la Ciudad, ya están en su mayoría habituados a prender sus cigarrrillos en la vereda, aunque hay algunas infracciones a la legislación.

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