lunes, 2 de enero de 2012

El Dakar 2012 ya cobró una víctima

Jorge Martínez Boero, víctima del Dakar

Venía en el último tramo del primer especial del Dakar. Después de sortear las dunas de las playas de Necochea, encaraba a toda velocidad hacia la meta, en un trayecto recto, rural, donde el ripio y la tierra habían reemplazado a la arena. Pero imprevistamente, la moto Beta trepó un pequeño terraplén y se clavó. El piloto salió volando, literalmente, aterrizó contra el duro suelo y rebotó, para caer fulminado unos cuantos metros más allá. Y pese a que la asistencia fue rápida, lo mismo que el traslado al hospital, Jorge Martínez Boero no lo resistió y falleció en el trayecto en helicóptero. Así, el oriundo de Bolívar, el hijo del recordado Gaucho campeón del Turismo Carretera, se transformaba en el primer competidor argentino en morir en la competencia más dura del mundo. La edición 2012 empezó entonces de la peor manera.

Nadie podía prever semejante golpe. Y es que el primer tramo de velocidad era de los considerados "livianos" dentro de los 14 del Dakar. Apenas 57 kilómetros debían recorrer los pilotos, apenas más de media hora para los pilotos de punta en motos, los primeros que partieron de la Base Naval de Mar del Plata. Y Martínez Boero, que corría su segundo Dakar (abandonó en la 6ª etapa en el 2011), parecía en condiciones de terminarlo, como el resto de los 177 competidores en dos ruedas que lo hicieron. Venía acelerando porque era el único tramo prácticamente que se lo permitía, pero a las 10.44 de la mañana de ayer, el camino le jugó una mala pasada.

El golpe contra el pecho fue tremendo, a tal punto que fueron en vano los esfuerzos médicos de la organización, que llegó enseguida al lugar, para reanimarlo. Testigos contaron que en un momento reaccionó, pero después de tres paros cardiorrespiratorios, falleció ya en vuelo hacia la base naval de Mar del Plata, adonde era regresado. Después de ser trasladado a las 14.30 a la morgue judicial para realizarle la autopsia, anoche los restos del piloto de 38 años (casado, una hija) llegaron a la ciudad bonaerense para ser velados en el domicilio familiar.

Martínez Boero, que corría para homenajear al padre fallecido al cumplirse 30 años de su título en el TC, había tenido un mal augurio en la previa a la carrera, al chocar su vehículo que iba a asistirlo por afuera de la competencia. Y se había quedado sin el apoyo oficial de Beta. Por eso escribió en su último twitter: "Voy a dejar todo, lo que no mata fortalece".

Y lo dejó todo, inscribiendo su nombre como el número 60 que muere en un Dakar y el primer piloto argentino. Desde que el Dakar llegó al país, es la segunda muerte de un competidor, y la primera en un accidente. La anterior, del francés Pascal Thierry en 2009, se debió a un edema pulmonar luego de permanecer perdido en la Patagonia.

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