miércoles, 23 de noviembre de 2011

En el cine las estrellas: Boris Karloff


Hoy recordamos el 124º aniversario del nacimiento de quien fuera uno de los grandes íconos del cine de terror de todos los tiempos: Boris Karloff. A partir de su protagónico en “Frankenstein” (1931), de James Whale, su nombre y su rostro quedaron plasmados en el imaginario popular como uno de los monstruos más queridos, más admirados y más inolvidables de todos los públicos.

Karloff nació en Inglaterra, en el suburbio londinense de Camberwell, el 23 de noviembre de 1887 y fue bautizado como William Henry Pratt. Su familia estaba compuesta por siete hermanos y una hermana, y sus padres fallecieron cuando aún era niño. Ya jovencito, asistió a clases en varias escuelas de arte escénico. Aunque la primera meta de Karloff era unirse al servicio diplomático (su hermano Sir John Henry Pratt, llegó a convertirse en un famoso y distinguido diplomático), en 1909, viajó a Canadá, intentando probar suerte como actor en ese país. En ese tiempo creó su nombre artístico el cual, según él, el apellido Karloff venía de sus ancestros rusos por parte de su madre y el nombre Boris fue elegido al azar. Por razones de salud, no combatió en la Primera Guerra Mundial.

Trabajó en teatro y radio hasta que finalmente, en 1919, cuando contaba con 32 años de edad, actuó en su primera película, "His Majesty, the American", muda, dirigida por Joseph Henabery, donde Karloff aparece sólo como un extra más en una historia de aventuras y su nombre no figura en los títulos. A partir de allí y hasta su gran éxito, apareció en otros 48 filmes mudos y en 15 sonoros.

Tuvo que esperar hasta 1931 para ser mundialmente conocido al personificar a la criatura de “Frankenstein, película que ha sido considerada por infinidad de críticos como uno de los mayores y más importantes clásicos de terror. La adaptación que James Whale hiciera de la novela de Mary Shelley y la estupenda actuación de Boris Karloff, han hecho de esta película una obra de arte inolvidable.

“Frankenstein” inicialmente sería dirigida por Robert Florey y protagonizada por Bela Lugosi (quien recientemente había actuado en “Drácula”) pero ambos nombres fueron cambiados a último momento. Lugosi rechazó el papel debido a que no poseía diálogos y a que estaría cubierto de maquillaje. Entonces llamaron a Karloff para el personaje del monstruo (Florey y Lugosi terminaron luego haciendo “Los crímenes de la Rue Morgue”, basado en el relato de Edgar Allan Poe).

Contando con la ayuda del importante maquillador de la Universal, Jack Pierce, la criatura de Frankenstein resultó aterrorizante y fascinó al público. Son conocidas las largas sesiones de maquillaje con vendajes, barniz y algodón a las que tuvo que someterse y el incómodo traje y los zapatos de plataforma que le causaron daños en la espalda por el resto de su vida. Fue un gran éxito de boletería, recaudando cerca de 12 millones de dólares, superando en mucho a la modesta producción de 250 mil. El actor no aparece en los créditos iniciales de la película, siendo su lugar ocupado por un signo de interrogación; solo en los créditos finales se aclara que es Karloff, a secas, quien interpreta al monstruo. Bette Davis fue considerada para interpretar a Elizabeth, pero finalmente Mae Clarke obtuvo el papel. En la película participaron también Dwight Frye, como Fritz, y Edward Van Sloan como el Dr. Waldman; ambos habían actuado con anterioridad en “Drácula”.

Y fue a partir de este trabajo que Karloff ganó la celebridad y se apoyó de ahí en más en personajes misteriosos y aterrorizantes que lo acompañaron hasta la muerte.

En los años siguientes fue muy requerido, principalmente por la Universal, y protagonizó otros clásicos como "El caserón de las sombras " (1932), donde interpretó a un mayordomo mudo y asesino que vivía en un caserón gótico, “La momia” (1933), personificando a una momia egipcia que volvía a la vida después de 3700 años, y en el mismo año actuó en "El vampiro", su primer trabajo para Inglaterra, interpretando a un profesor que muere y retorna a la vida como un zombi. En 1935 Karloff volvió a su papel del monstruo en “La novia de Frankenstein”, otro éxito que superó al original, cerrando la trilogía en 1939, con “El hijo de Frankenstein”. Nunca más habría de interpretar al personaje que lo catapultó al estrellato.

Entre el final de la década del 30 y comienzos de los ’40, realizó varias películas de la Columbia, interpretando a científicos locos en medio de sus macabras experiencias, como en "El poder invisible " (1936), donde Karloff descubre un rayo poderoso que lo transforma en un asesino, “El hombre que trocó su mente”(1936) protagonizando a un científico que busca el origen del alma y de la mente, "La hora fatídica” (1940), donde encarna a un detective chino, "The Man With Nine Lives" (1940), abordando el tema de la cura del cáncer por congelamiento, "Before I Hang" (1940), con el tema del rejuvenecimiento, "The Devil Commands" (1940), sobre la investigación de las ondas cerebrales en personas muertas, y "The Boogie Man Will Get You" (1942), donde el actor crea una máquina que fabrica superhombres. En "La casa de Frankenstein" (1944), interpretó a un sabio demente que huye de la prisión y resucita a Drácula (John Carradine), al Hombre Lobo (Lon Chaney Jr.) y a la criatura de Frankenstein (Glenn Strange). Y ya en plena década del 40 Karloff realizó una serie de filmes para la RKO asociado con el productor Val Lewton. El resultado fue una serie de pequeñas obras maestras del horror junto a Bela Lugosi, como “El ladrón de cadáveres”, (1945), "La isla de la muerte" (1945) y "Bedlam" (1946).

Los años ’50 fueron de escaso éxito para el actor, sin ninguna obra importante. Sólo hizo algunos trabajos de humor negro con los cómicos Abbott y Costello.

Luego vino su etapa con Roger Corman y la productora American International. Ambos se asociaron, en la década del 60, y rodaron juntos varias películas al lado de grandes actores como Basil Rathbone, Vincent Price, Peter Lorre y Jack Nicholson. A esta época pertenecen joyas del humor negro, como “El cuervo” (1963), "La comedia de los horrores” y también “El terror” interpretando aquí, junto a Nicholson, a un viejo barón recluido en una macabra mansión.

En 1964 fue el presentador de la película italiana "Las tres caras del miedo", dirigida por Mario Bava, que está dividida en tres episodios donde también interpretó, en uno de ellos, a un vampiro. En 1965 filmó “Muere, monstruo, muere” basada en una historia de H. P. Lovecraft. Y en 1968 protagonizó su última película: “Míralos morir”, personificando a un actor de películas de terror, dirigido por Peter Bogdanovich.

A partir de ahí, anciano ya, su estado de salud empeoró, con graves problemas respiratorios que lo llevarían a la muerte en 1969. Después de su fallecimiento, fueron estrenadas dos películas que había rodado en 1967-68: "La maldición del altar rojo”, con Christopher Lee, una historia basada en un relato de H. P. Lovecraft, y "El coleccionista de cadáveres", ambas con Karloff en silla de ruedas debido a su precario estado de salud. En 1971 fueron estrenados cuatro películas de producción mexicana, en las cuales Karloff había filmado su participación en Estados Unidos, escenas que luego fueron montadas en México. De esa serie, películas que se volvieron rarezas y de culto, se destaca "Serenata macabra” donde interpreta a un anciano millonario que convoca a sus familiares para darles a conocer su testamento.

Boris Karloff actuó en el cine a lo largo de medio siglo y trabajó con algunos de los más importantes nombres del cine norteamericano de su época, como Mervyn LeRoy, Michael Curtiz, Raoul Walsh, James Whale, Howard Hawks o John Ford, y también formando binomios con sus colegas contemporáneos, como Bela Lugosi o Lon Chaney Jr. Si bien Karloff quedo estigmatizado con su personaje en “Frankenstein”, la fuerza que su nombre adquirió fue tan grande que decir Boris Karloff era decir terror. Por eso fueron muchos los que se aprovecharon del valor comercial de tal asociación, y sería importante saber que, por detrás de aquella horrorosa criatura, podía encontrarse a un hombre alto y pacífico, de enorme sensibilidad, elemento que permitió la grandeza de su interpretación en la más perfecta versión que hubo de la obra de Mary Shelley. Además fue conocido en su vida real como un caballero generoso, sobre todo con la infancia.

Boris Karloff siempre hizo comentarios cariñosos sobre el personaje: “Fue mi mejor amigo”, llegó a decir. Pero no siempre le gustó que asociaran su nombre a los clásicos del terror.

Cierta vez le preguntaron si le importaba ser identificado siempre como el protagonista de “Frnakenstein”. Respondió: “Siempre estoy escuchando quejas de los actores por estar identificados con la imagen de sus personajes. Si el actor es joven, le dicen juvenil y pasa a secundario. Y si es lindo, queda como protagonista. Yo tuve suerte. Mientras los fabricantes gastan millones en establecer una patente, a mí me ofrecieron un modelo registrado, sin contrapartidas. Cuando un actor está en condiciones de elegir sus propios papeles es probable que le vaya mal porque nunca sabrá cuál es su especialidad o lo que sabe hacer mejor. Estoy seguro que yo sería muy bueno personificando “El pequeño Lord Fauntleroy” pero ¿quién pagaría para verme?”

Karloff actuó en 200 películas (mudas, sonoras y televisivas) en radio, teatro, y participó en muchos shows para la televisión. Falleció en Londres, a los 82 años, el 2 de febrero de 1969.

El trailer de "Frankenstein" (1931)


© Alberto Peyrano
Buenos Aires, Argentina
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