lunes, 20 de junio de 2011

Belgrano y la Bandera Argentina

Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano (1770 – 1820) fue un intelectual, economista, periodista, político, abogado y militar de las Provincias Unidas del Río de la Plata, actual Argentina. Participó de la Revolución de Mayo y de la Guerra de Independencia de la Argentina, y es el creador de la Bandera de Argentina.

Belgrano fue un destacado representante de la población criolla de Buenos Aires, y uno de los principales impulsores de la emancipación del país que luego se llamaría Argentina, respecto a España. Para ello en un principio promovió las aspiraciones de Carlota Joaquina en la región, aunque sin éxito. Junto a otros patriotas impulsó la destitución del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, lo cual produjo la Revolución de Mayo; Belgrano integró la Primera Junta que dirigió el gobierno desde entonces. Se le encargó la dirección del Ejército del Norte, y aunque fue derrotado por las fuerzas realistas, sentó las bases de la declaración de independencia paraguaya de 1811. En 1812 creó la bandera de Argentina en las cercanías de la ciudad de Rosario, y dirigió el éxodo jujeño, tras lo cual se impuso a los españoles en las batallas de Tucumán y Salta. Tuvo gran influencia en el Congreso de Tucumán y propuso la idea de establecer una monarquía constitucional dirigida por un noble Inca, pero no logró apoyo.

La educación fue una de sus principales preocupaciones: para ello elaboró durante su estadía en España un plan de acción con avanzadas ideas sobre la misma.

Fue nombrado jefe del regimiento de Patricios en reemplazo de Saavedra, que había sido condenado a destierro. Pero el Regimiento se negó a aceptarlo como su jefe, y se amotinó, en el llamado Motín de las Trenzas, que fue sangrientamente reprimido. Para recomponer la disciplina, fue enviado a Rosario a vigilar el Río Paraná contra avances de los realistas de Montevideo.

Allí, en Rosario, a las orillas del Paraná, enarboló por primera vez la bandera argentina el 27 de febrero de 1812 , creada por él con los colores de la escarapela. Lo hizo ante las baterías de artillería que denominó "Libertad" e "Independencia", donde hoy se ubica el Monumento Histórico Nacional a la Bandera. Inicialmente, la bandera era un distintivo para su división del ejército, pero luego la adoptó como un símbolo de independencia. Esta actitud le costó su primer enfrentamiento abierto con el gobierno centralista de Buenos Aires, personificado en la figura del ministro Bernardino Rivadavia, de posturas netamente europeizantes. El Triunvirato reaccionó alarmado: la situación militar podría obligar a declarar una vez más la soberanía del rey de España, de modo que Rivadavia le ordenó destruir la bandera. Sin embargo, Belgrano la guardó y decidió que la impondría después de alguna victoria que levantara los ánimos del ejército y del Triunvirato.

En cuanto a su elección de los colores de la bandera nacional argentina, tradicionalmente se ha dicho que se inspiró en los colores del cielo; esta versión es sin dudas válida aunque no excluyente de otras. Sin embargo, es muy probable que haya elegido los colores de la dinastía borbónica (el azul-celeste y el plata o blanco) como una solución de compromiso: en sus momentos iniciales las Provincias Unidas del Río de la Plata, para evitar el estatus de rebelde declararon que rechazaban la ocupación realista, aunque mantenían aún fidelidad a los Borbones. Por otra parte, Belgrano parece haber sido devoto de la Virgen de Luján, y otras advocaciones de la Virgen (de Chaguaya, de Itatí, del Valle, de Cotoca, y de Caacupé), cuyos ropajes tradicionalmente son o han sido albicelestes; en rigor ninguna de las teorías se contradice ya que los colores del cielo representan al manto de la Inmaculada Concepción de La Virgen cuyos colores fueron elegidos por la dinastía borbónica para su presea más importante entonces otorgada: la Orden de Carlos III, de esta presea o condecoración surgió luego durante las Invasiones Inglesas la escarapela y penacho del Regimiento de Patricios.

Belgrano murió en la pobreza, a pesar de que su familia había sido una de las más acaudaladas del Río de La Plata antes de que el prócer se comprometiera con la causa de la independencia. En medio de la crisis que se abatía sobre la provincia de Buenos Aires, su fallecimiento pasó prácticamente inadvertido. El único periodista que prestó debida atención a ese hecho fue el fraile franciscano Castañeda.

Cumpliendo con su última voluntad, su cadáver fue amortajado con el hábito de los dominicos (pues era costumbre entre los terciarios dominicos, de los que formaba parte) y fue trasladado desde la casa paterna en la que murió (actual avenida Belgrano, nº 430) al Convento de Santo Domingo, recibiendo sepultura en un atrio. El mármol de una cómoda de su casa sirvió de lápida para identificarlo.

En el año 1938 por primera vez se celebró el Día de la Bandera en Argentina, eligiéndose el 20 de junio, día de la fecha de su fallecimiento.


Monumento Nacional a la Bandera (Rosario, S.Fe)

No hay comentarios: